La teoría del dominó: la recuperación de un adicto

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Gonzalosevilla
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La teoría del dominó: la recuperación de un adicto

Mensaje por Gonzalosevilla »

Yo no entiendo de neurofisiología. No entiendo de psicología ni de psiquiatría. Pero puedo hablar con propiedad de esta enfermedad desde mi experiencia, porque yo soy un adicto. Y sin tecnicismos ni sin academicismos, así es como yo veo el camino que un adicto como yo ha de recorrer para recuperar su vida y salir del asqueroso pozo de la adicción.

Este camino es como una larga fila de fichas de dominó de esas que al tirar la primera caen todas las demás. La primera que hay que colocar ha de ser la ficha de la SINCERIDAD. Si somos sinceros con nosotros mismos, y dejamos de engañarnos, veremos que tenemos realmente un problema de adicción. Normalmente pensamos que tenemos muchos problemas: laborales, económicos, sentimentales, familiares, de autoestima, etc... Y pensamos que consumimos precisamente para aliviarnos esos problemas, y despejar nuestra cabeza aunque sea por unas horas. Gran error, o mejor dicho, gran engaño. Nuetsro problema raíz, del cual se derivan o agravan el resto de nuestros problemas es el consumo. Y esto es lo primero que hemos de rconocernos a nosotros mismos. Y este primer paso cuesta, claro que cuesta. A la que considerábamos nuestra gran aliada, la bebida, durante tantos años, ahora de repente hemos de verla como nuestra gran enemiga. Hay que hacer todo un ejercicio de sinceridad y honestidad para reconocer esto, si bien para los que nos rodean era ya evidente desde hace tiempo. Esta ha de ser la primera ficha, la que haga caer a todas las demás.

La segunda ficha es la de DECISION. Si hemos colocado la primera ficha, y hemos reconocido que tenemos un problema, ahora nos toca afrontar la situación y decidirnos a poner todo de nuestra parte para luchar contra este problema. Muchas veces dejamos el tema en reconocer nuestra situación (primera ficha), pero nos limitamos a querer salir de esta situación sin hacer nada. Y sólo con querer no se va a ningún lado. Podemos estar toda la vida queriendo tener un Mercedes o un Ferrari. Pero con quererlo sólo no va a venir el coche a buscarnos. Hay que moverse, tomar una decisión activa y ponernos a trabajar para conseguir nuestros objetivos. Y aunque lo veais imposible, no lo es. Depende de nosotros. Así que tomad la decisión y manos a la obra.

La tercera ficha es la de RECONOCIMIENTO DE LA ENFERMEDAD. Una vez hemos tomado la decisión, debemos enfocar bien el problema. Y el problema es que somos enfermos. Y gracias a Dios que lo somos, porque si no lo fuéramos, seríamos unos *****, viciosos *****. Nuestra enfermedad se llama adicción, y es crónica, de por vida. Y consiste en que no podemos consumir ciertas sustancias o ejercer ciertas actividades porque no controlamos este consumo o este ejercicio. Si colocamos bien esta ficha, y reconocemos que es de por vida (con todo lo que conlleva), todas nuestras acciones a partir de ahora han de ir encaminadas a una lucha prolongada en el tiempo, monótona, rutinaria, sin grandes victorias por el camino, más que la victoria diaria de acabar un día más sin haber consumido. No es fácil tampoco, porque una característica común a todos los adictos es nuestra impulsividad y compulsividad. Y tenemos que evitar ambas en esta lucha, porque no nos van a servir más que para enfrentarnos con un muro y caer de nuevo. Hay que ser fríos, y saber que muchos años de consumo no se enderezan en media hora, sino día a día durante el resto de nuestra vida.

Pasamos ahora a la ficha de la MOTIVACION. Importantísima. Es un camino duro, difícil, y tenemos que estar continuamente motivados para seguir afrontando esta enfermedad. Ganas, ilusión, coraje, ir consiguiendo etapas a corto plazo, fuerza. Empecemos a preguntarnos por qué y para qué queremos iniciar este camino. Y respondámonos a diario mientras nos miramos en el espejo. Es por nosotros. Y el camino es largo. Si desfallecemos, no sólo tendremos que volver a empezar, sino volver a empezar desde el mismo momento en que lo dejamos. Dice un dicho andaluz que "más corre el galgo que el mastín, pero si el camino es largo, más corre el mastín que el galgo". Preparémonos para luchar a diario, tener las cosas muy claras a diario. Y que esa motivación nos acompañe a lo largo de todo el camino, hasta su fin. Hasta nuestro fin.

Ahora, una ficha que considero imprescindible, pero que hay gente que por circunstancias, se la salta: la ficha de la BUSQUEDA DE AYUDA. Médicos, medicinas, terapias, lecturas, reuniones, etc… La ayuda incluso puede consistir en el apoyo de nuestros familiares, aunque no sea ayuda profesional. La ayuda es simplemente un apoyo, un bastón que nos permite hacer el camino eliminando problemas de tropiezos o de pérdidas por el mismo. ¿Puede hacerse el camino sin ayuda? Si. Pero las probabilidades de realizarlo con éxito son mínimas, os lo aseguro. La ayuda externa nos mantendrá motivados. Cuando nosotros desfallezcamos, siempre tendremos ahí la mano de nuetsro terapeuta, de nuestro amigo, de nuestra mujer, de nuestro médico, o de otro compañero enfermo. Siempre en la medida que hayamos pedido esta ayuda y la aceptemos, claro está.

Tras esta ficha, otra fundamental: la ficha del CAMBIO, la de reconstrucción de una nueva vida. No se trata de simplemente eliminar el consumo de nuestra vida y continuar como si nada. Eso no nos lleva a nada bueno. SI nuestra vida pasada estaba basada en el pilar fundamental del consumo, si simplemente lo eliminamos, nuestra vida se quedará vacía, se nos derrumbará ante nuestras narices. Tenemos que eliminar el consumo, si, pero reconstruyendo una nueva vida en la que el consumo no tenga sitio. Cambio de hábitos, de sitios, de horas, de “amistades”, de escala de valores, de agenda de teléfono… Tendremos que hacer determinados sacrificios para cambiar de verdad de vida. Y es apasionante. Al fin podremos vivir una vida libre, en la que nuestras decisiones no están todas mediatizadas por el consumo. En esta nueva vida nos redescubriremos, descubriremos que hay una persona que merece la pena dentro de todas esas capas dañinas (irresponsabilidad, ridículo, egoismo, inmadurez, etc.), que hemos ido añadiéndole en nuestros años de consumo. Cuenta una leyenda que una madre y un hijo paseaban por el taller del maestro Miguel Angel mientras éste esculpía una preciosa cabeza de caballo. El hijo se quedó mirando extasiado y le preguntó a la madre: -Mamá, y ¿cómo sabía este señor que en ese bloque de mármol había encerrada una cabeza de caballo tan bonita?. Aunque no logremos imaginarlo, porque estamos rendidos, abatidos, dentro de nuestro bloque de mármol, estamos nosotros mismos, nosotros en estado puro, ese niño que reía feliz ajeno a lo que le iba a deparar su futuro con las drogas, esa persona perfecta dentro de su imperfección natural aún no viciada por el entorno. El cambio que debemos experimentar no es reconstruir nuestra vida tratando de recuperar lo que creemos que hay que recuperar, sino construir una nueva vida. Y repito: es apasionante hacerlo con entera libertad. Un adicto en activo habla pero no dice nada; oye pero no escucha nada; toca pero no siente nada; mira pero no ve nada; apetece de las cosas pero no quiere a nada ni a nadie. Y en esta nueva vida, vamos a ser capaces de decir, de escuchar, de sentir, de ver y de querer. Vamos a ser por fin personas.

Otra ficha: la RAZON DEL CAMBIO. Nosotros podemos comenzar a andar nuestro camino para arreglar nuestros problemas. Problemas de relación familiar, de trabajo, de salud, etc… Pero la razónd el cambio debemos ser nosotros mismos. Si nosotros comenzamos este proceso simplemente por callarle la boca a nuestra mujer, porque es un verdadero coñazo con el tema de la bebida y no nos deja en paz, terminaremos por consumir de nuevo. En el momento en que nuestro aparentemente “buen comportamiento” le haga recuperar la confianza en nosotros, dejará de darnos el coñazo, y volveremos a consumir. Somos nosotros los que debemos cambiar, los que debemos recuperar la dignidad, los que tenemos que modificar nuestras actitudes y mejorar nuestras aptitudes. Y si lo hacemos por nosotros, el resto de problemas se solventarán per se. Afrontemos nuestro problema, seamos egoistas en eso, y lo demás caerá por su propio peso. Queremos comenzar este camino por nosotros. Y los efectos que se produzcan serán beneficiosos para todo y todos lo que nos rodean.

La siguiente ficha es la de la AUTOESTIMA. Ya empezamos a ver cambios en nuestra vida, incluso en etapas tan tempranas del camino. Y son todos mejoras. Físicas, de carácter, de actitudes... Y esto nos debe llevar a sentirnos orgullosos de lo que estamos haciendo. Nuestros esfuerzos van teniendo recompensa. Y lo estamos consiguiendo nosotros. Estamos saliendo poco a poco del hoyo en el que estábamos enterrados en mierda hasta las cejas. Lo que hace unos días nos parecía imposible, lo estamos haciendo. Nosotros!!!! Somos capaces de lo que nos propongamos!!!!

Otra ficha importante: la de la VALORACION. Llega el momento en que ya hay cierta distancia desde nuestro punto de salida, y podemos echar la vista atrás y mirar de dónde salimos. Y ya podemos valorar los logros conseguidos. Vamos siendo nosotros mismos, recuperando nuestra propia esencia, nuestra vida real, y no la ficticia que hemos construido en base al consumo. Y ya podemos comenzar a valorar lo que perderíamos si interrumpimos nuestro camino, y a dónde volveríamos, a nuestro horrible punto de partida. Ya sabemos lo que podemos perder, todos los avances hechos, y esto nos debe servir de acicate para no dar ni un paso atrás.

Otra ficha: MOTIVACION. Ya la hemos puesto antes, ¿verdad? Pues hay que seguir poniéndola durante todo el recorrido. Esta es la llamada “enfermedad del olvido”. Y por tanto es importantísimo estar contínuamente motivado, recordar continuamente las actitudes tan miserables que teníamos antes de comenzar el recorrido y cómo hemos ido mejorándolas. Yo siempre lo comparo a los postes de los cables de la luz que se ven a lo largo de las carreteras. Si los postes se colocaran cada dos kilómetros, los cables se vencerían y tocarían el suelo. Por tanto, hay que poner los postes cada poca distancia para que el cable nunca se venza y toque el suelo. Igualmente, nosotros necesitamos motivación regularmente, para no sentirnos vencidos. ¿Cuál es esa motivación? Lo que ya he mencionado antes, y a lo cual le podemos sumar hablar del tema con nuestro círculo íntimo, escribir sobre el tema, participar en foros como éste, y quinientos trucos más que van desde rezar e ir a misa para los creyentes hasta a mirarnos al espejo y analizarnos a diario, o hacer un esfierzo por recordar los peores momentos de nuestra adicción cuando estábamos en activo y tenerlos siempre presentes.

Ahora podemos mirar con otra ficha, la del ORGULLO por lo que llevamos hecho. Orgullo de no tener que consumir para beber. A diferencia de los inicios, en que lo que teníamos era pena por no poder seguir consumiendo. No es que no podamos, es que ya no queremos, no queda sitio en nuestra vida para estas sustancias alienantes. Orgullo, satisfacción por lo que llevamos caminado. Lo que antes parecía un muro, lo estamos rompiendo con nuestra tenacidad. Y debemos reconocernos nuestro propio mérito. La satisfacción y el orgullo van a ser las bases de nuestra felicidad.

Otra más: una efectiva COMUNICACION.Si realmente estamos siguiendo este camino, y estamos orgullosos de ello, no tendremos ningún reparo en comunicar nuestra nueva situación a la gente a nuestro paso. No se trata de mantener conversaciones con desconocidos sobre el tema, ni de llevar escrito en la frente “Soy adicto”, pero sí de contárselo bien a los que nos importan, y a quienes no queremos que interfieran en nuestro camino. Comunicar nuestra enfermedad y nuestra decisión de enfrentarnos a ella le cierra puertas al consumo. Ya no nos tentarán con “anda, no seas maricón, y tómate una copita”. Ya entenderán el por qué de nuestro cambio. Y además, podremos ayudar a más gente de la que creemos al mostrarle que es posible hacer frente valientemente a nuestra enfermedad.

Importante colocar aquí la ficha de la ALERTA. Nuestra enfermedad es crónica. Inteligente. Nos ataca en los momentos en que nos sentimos más débiles. Y por ello debemos estar siempre alerta. La mayoría de accidentes de coche se producen en vías que recorremos regularmente, porque el conosimiento rutinario de la vía nos hace sentir que la controlamos perfectamente. Incluso, podemos encender un cigarro, atender el teléfono, discutir con quien venga en el coche, por que total, conocemos la vía muy bien. Es pura rutina. Error. La rutina es lo más peligroso. Siempre alertas. Siempre atentos a la carretera, porque tendremos que saber reaccionar ante sitaciones inesperadas en cualquier momento. Alerta. Respeto. Evitemos situaciones de peligro. Tenemos que ser más inteligentes que nuestra enfermedad. Y como ella no descansa, nosotros tampoco podemos.

Y más MOTIVACION… Que no se venza el cable.

Y así podemos seguir añadiendo fichas a nuestro recorrido. Si una no la colocamos bien, las fichas no caerán adecuadamente, y tendremos que volver a empezar. Y quizás en una de estas ocasiones ya no tengamos fuerzas para levantarnos, o ya hayamos perdido todo.

Mis teorías no son nada académicas, como podréis ver. Son simplemente fruto de la reflexión, de mi experiencia, de la experiencia de un enfermo como vosotros, que tiene la suerte de encontrarse en el camino desde hace ya unos años…

Un fuerte abrazo a todos y mucho ánimo. El camino merece la pena. Nuestra meta es el camino en sí, no la llegada.
Cada gota que no bebas, una lágrima que no llorarás.