Primera estancia en los Infiernos: el Estallido del Dolor

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Hamal1xj
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Primera estancia en los Infiernos: el Estallido del Dolor

Mensaje por Hamal1xj »

RECUERDO BIEN: Noche del 28 de Agosto de 1995


La primera noche el ICTUS en Urgencias y la insoportable sensación del dolor. En medio de todas las penumbras que me permitía divisar el dolor, y como yo estaba dando voces, una de las enfermeras de guardia se acercó a mí para interesarse por mí estado y le describí lo que me sucedía. Recuerdo hoy aún bien que me dijo:
-No te preocupes, dentro de un ratito vengo otra vez por aquí para ver qué tal estás, y te pongo algo que es realmente efectivo contra ese dolor.
Me quedé esperando en medio de toda aquella plañidera conjunta que era la sala en la que nos encontrábamos, que estaba atestada hasta los topes, cuando de pronto la divisé dirigirse hacia con una bandeja en una mano en la que llevaba todos los adminículos para aplicarme la inyección. Era un inyección subcutánea que se ponía en el antebrazo, justo en el mismo lugar en que nos ponen las vacunas cuando somos niños, y recuerdo que no tardó casi nada en ponérmela, y una vez apurado todo el émbolo me dijo
-Ya verás qué bien vas a pasar al menos esa noche de hoy. De mañana no respondo porque yo ya no estoy de guardia.
Dormir lo que se dice recuerdo que no dormí mucho, que fue más bien un duermevela continuo a lo largo de toda la noche en el que cuando solía abrir bien los ojos controlaba toda la sala y me dejaba llevar por la imagen con ritmo de los enfermeros que pasaban, se cruzaban, charlaban, y controlaban la sala desde una especie de mostrador que justo en el centro de aquel enorme salón.
Me pasé toda la noche flotando entre el dolor y el no dolor, pero el dolor en realidad no me molestaba en absoluto y yo tenía muy buen humor. Ni la longitud de la noche, ni el murmullo, ni el ruido, consiguió que me descentrara de mi estado que rayaba casi en lo celestial.

Al día siguiente, y como suele ocurrir, y en mi sala ya correspondiente, me fui empezando a enterar de todo, de qué era lo que la "enfermera buena" me había puesto la noche anterior y de que era lo que tenía puesto ahora en un gotero que me aceleraba el corazón y me subía la tensión. Cuando la enfermera de turno llegó me dijo que aquello que estaban poniendo para el dolor era «Adolonta» o «Tramadol», y por supuesto, nada tenía que ver en sí con la «Dolantina» que la «chica buena» me había puesto en el abrazo a lo largo de la noche anterior.

Luego vinieron por mi parte las reivindicaciones y el tumulto, el número que yo monté hasta que conseguí desengancharme el «Adolanta», y que me pusieran dos «Meperidinas» diarias, igual que en la noche anterior.

(De HISTORIAS DE LA COCAÍNA: «Noche Número 1: La enfermera "wena", o el ángel que se me apareció».


(PD: No sé qué tal irá escrito. Voy a probar a ver qué tal y cómo se me da. Sé que ha quedado pendiente de hacerle revisión. Volveré.)
Hamal1xj