Aaron Salter escribió:Como leo y escribo en este foro de drogas y no soy un espectador en un " Circo Romano " voy a entregar por ultima vez mi opinion en este tema:
Hamal :
Si sigues usando drogas " TE VAS A MORIR " y tu historia sera una historia inconclusa, como la de las lapidas anonimas, esas en donde el defecto le gano a la virtud, la insensates a la razon, esas historias de prisiones, de yonquis que nadie recuerda ni quiere recordar, historias de fracaso, historias de perdida de valor.
No puedes continuar con la dinamica de querer alcanzar la brillantez intelectual en tus respuestas, cuando el origen es una exijencia individual externa, porque eso, tu y los que estamos aqui, sabemos que siempre sera proporcional a " La cantidad de droga que te metas "
Tus ultimos post mas que testimonios, parecen delirios de moribundo !
TIO !!!....... REACCIONA !! ....BAJA YA, TE ESTAS QUEDANDO SIN COMBUSTIBLE !!
Helena :
En tu mundo avido de virtuosismo que busca la excelencia intelectual, no hay lugar para un minimo de sentido comun que te muestre, que estas excijiendole a un drogadicto que te muestre sus virtudes intelectuales, sin quererte percatar que para darlas, " NESECITA METERSE MAS DROGA "
Tu trastorno de codependencia tiene otra patologia oculta, que te impide ver algo tan obvio como esto ?
Chica !!.... Cambiale el discurso ! No ves que el tio se va a morir !!
O te haras cargo tu de la factura de la funeraria ?
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Tienes razón, Aaron, esto no tiene nada de “Circo Romano”. Por desgracia, todo lo que escribe Hamal es la descripción de un drama personal con raíces más profundas que el simple desajuste de sus dosis de Metadona. Sí, ese fármaco que tanto rechazo te produce y que, sin embargo, desde hace más de veinte años ha sido un mal menor en el objetivo primordial de preservar la vida de muchos adictos crónicos a la Heroína.
Me cuesta entender lo directamente incisivo que has sido con Hamal y conmigo misma. ¿Qué hay de malo en su brillantez, y qué se puede objetar al hecho de que yo la haya apreciado y manifestado? Muchos adictos han expuesto en el foro su adicción a drogas, su dependencia de la Metadona, y su necesidad de este fármaco para estabilizarse, y no recuerdo haber leído críticas o juicios negativos expresados por ti hacia ellos.
Descarto de plano que lo notorio de esa brillantez se deba a “exigencias individuales externas” y mucho menos que ésta alcance su cenit "METIÉNDOSE MÁS DROGA", a estas alturas de su vida tal cantidad de droga ya la hubiese opacado. Has cometido un error de interpretación respecto a mis intenciones con Hamal, no era su lado intelectual el que yo pretendía potenciar, no lo necesita, le sobran facultades en este campo, era su vertiente emocional la que me preocupaba, la que consideraba estaba precisando de ayuda inaplazable y así se lo hice saber. Te dije un día que llegados a un cierto estadio, determinados adictos más que de adicción estaban enfermos del alma. Hamal, sin lugar a dudas, parece estar entrando ese estado de ánimo.
Eres un experto en adicciones y en rehabilitación -tu testimonio en este Foro es la prueba fehaciente de ello- y, como tal, no ignoras el alto índice de fracasos que se producen en este ámbito. Mejor no hablamos de estadísticas aunque, a este respecto, te recuerdo que tú mismo señalaste en una ocasión lo desmoralizador de tales cifras. Estoy de acuerdo contigo en el sentido de que es un deber moral brindarle al adicto todo método y terapia posible encaminada a salir de su infierno, pero no ignoras seguramente que algunos drogodependientes cargan a sus espaldas con ciento y una terapia sin por ello haber conseguido rehabilitarse en el sentido estricto de “estar limpio” de toda droga.
Desconozco si, al igual que para la Heroína, existen para la Cocaína sustitutivos paliativos que contribuyan a normalizar la vida del adicto, pero cuando en los CAD se administra Metadona es porque previamente se ha hecho un estudio exhaustivo del historial del paciente y la decisión de dispensarla resulta ser la más aconsejable para su integración en el mundo social y laboral.
Hamal no morirá por causas de su dependencia a la Metadona, el día que eso suceda –y espero que sea lo más tarde posible- procederá preguntarnos qué hicimos para aliviar su aflicción, su pesar ante la falta de otros horizontes. Somos muchos los que hemos leído su testimonio, ¿pero cuántos de nosotros le hemos tendido una mano? No me refiero a discursos dogmáticos, inflexibles y repetitivos que él ya conoce de sobra, sino a un acercamiento amistoso y afectivo hacia una persona que más allá de sus conocimientos nos está abriendo su alma.
Mi “codependencia” no oculta otra patología que la que tú mismo defines. Pero no te confundas, Aaron, no es tan fácil cuadrar el círculo. Algunas definiciones están sujetas a matices y dejan por tanto de ser irrefutables. Mi “codependencia” no alcanza la categoría de trastorno. He conocido y conozco a varios drogodependientes y entre nosotros no existe una interdependencia que altere el normal transcurrir de nuestras vidas respectivas. No más en todo caso que pueda hacerlo la amistad, ese cálido sentimiento que ayuda a soportar la monotonia y, a veces, las tristezas de nuestra existencia.
Te deseo lo mejor y espero que el Nuevo Año conserve tu sabiduría y te aporte algo más de tolerancia hacia aquellos pacientes que, a pesar de sus intentos, siguen sin encontrar solución a su grave problema.
Helena