La revisión de la legalidad del cannabis y sus componentes en determinadas partes del mundo es un fenómeno más que anecdótico: se trata de una tendencia que además está estimulando la investigación científica en un campo tan prometedor como el de los cannabinoides.

En un informe de 500 páginas de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicinaacerca de los efectos sobre la salud del cannabis y los cannabinoides, se determinó que existe “fuerte evidencia de ensayos controlados aleatorios para apoyar la conclusión de que el cannabis o los cannabinoides son un tratamiento efectivo” contra el dolor crónico, náusea y vómitos, la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple y otras condiciones.

Sobre el potencial del cannabis para tratar la ansiedad, si bien la evidencia es limitada según el reporte, es suficiente como para sugerir la conveniencia de seguir indagando en esa dirección.

El reporte cita uno de los estudios más confiables sobre el uso medicinal del cannabis, consistente en una revisión sistemática y meta-análisis de 79 ensayos, uno de los cuales indagaba la capacidad del CBD para reducir la ansiedad, hallando que el CBD resultaba más efectivo que el placebo.

El gran potencial del CBD contra la ansiedad

Neurotherapeutics publicó en 2015 un informe “para determinar el potencial del CBD contra la ansiedad, es decir, como tratamiento para los trastornos relacionados con la ansiedad”, encontrando que “el CBD tiene un potencial considerable como tratamiento para los trastornos de ansiedad múltiple dadas sus propiedades ansiolíticas, panicolíticas y anticompulsivas, así como una disminución en la expresión condicionada del miedo, el aumento de la extinción del miedo, el bloqueo de la reconsolidación y la prevención de los efectos ansiolíticos a largo plazo del estrés”.

A pesar de que el informe sugiere “necesidad de estudios adicionales de los efectos crónicos y terapéuticos en las poblaciones clínicas relevantes”, parece ser que podría perfilarse no solo el CBD contra la ansiedad, sino también como un remedio para reducir la gravedad de ataques de pánico, el miedo y el estrés.

El CBD puede perfilarse como un tratamiento complementario para ayudar a reducir el consumo de otros medicamentos cuyos efectos secundarios pueden ser desde molestos a devastadores. En 2016, un estudio que evaluaba la respuesta de una niña de 10 años con estrés postraumático a un tratamiento con aceite de CBD, halló resultados prometedores. Antes de cumplir los 5 años la niña había sufrido abusos sexuales y maltrato, y comenzó a recibir un tratamiento farmacológico que, en el mejor de los casos le producía alivio a corto plazo, pero los efectos secundarios comenzaron a ser intolerables.

Sin embargo, bajo el tratamiento con aceite CBD la niña comenzó a experimentar “una disminución sostenida de la ansiedad y una mejora constante en la calidad y cantidad del sueño”.

Limitaciones en las investigaciones del CBD contra la ansiedad

Sin embargo, este tipo de casos revela una de las muchas limitaciones que todavía padece la investigación médica de los cannabinoides, más consecuencia de la situación legal del cannabis que de la competencia de los investigadores. La mayoría de estudios se apoya en reportes personales o anecdóticos, o en muestras de población muy pequeñas. Además, prácticamente no existen estudios que determinen la relación entre dosis y efectos.

Mientras la necesaria investigación continúa desarrollándose, conocemos ya algunos de los mecanismos de interacción del CBD con nuestro sistema endocannabinoide que nos permiten establecer su capacidad para reducir la ansiedad:

Por un lado, el CBD retrasa la señalización de la serotonina, lo que impulsa sus propiedades antidepresivas, ansiolíticas, antiadictivas y antieméticas, además de facilitar el sueño. Por otro lado el CBD es un modulador alostérico, lo que le permite cambiar la forma del GABA-A (Gamma-Aminobutírico), un neurotransmisor inhibitorio, de manera que mejora los efectos sedantes del receptor.

En conclusión, aunque la ciencia todavía no es concluyente, la evidencia acumulada apunta en una dirección clara: el CBD posee la capacidad de reducir la ansiedad. Por supuesto, ahora de lo que se trata es de mejorar la calidad de las investigaciones con estudios poblacionales amplios a largo plazo, determinando dosis y vías de administración, para conocer el alcance de las propiedades del CBD contra la ansiedad.

Nota: Noticia publicada por Gabi Incertis el 15 de enero 2019 para Nekwo.com (ahora Cokocbd.com)