A nivel legal, no es considerada como una sustancia sicotrópica que cause grave daño a la salud; para algunos es incluso terapéutica… Y para otros, el cannabis es todo un negocio. En los últimos tiempos, las plantaciones particulares de marihuana -y no precisamente en macetas, sino en amplios terrenos de cultivo- proliferan en la Comunidad de Madrid.Quienes se ocupan de su mantenimiento intentan sacar el máximo partido de estos vergeles ilegales a través de la venta, montando para su tratamiento auténticos laboratorios. Pero las fuerzas de seguridad se mantienen alerta, a la busca y captura de estos especiales agricultores. De hecho, en los últimos dos meses han sido desmanteladas cuatro grandes plantaciones.

La escasa separación temporal entre una y otra operación tiene, según los expertos, un porqué: comienza la época propicia para la recogida de la hoja de marihuana, por ello las plantas están mucho más crecidas y es más fácil su localización.

Las dos últimas intervenciones se han producido precisamente esta semana en los municipios de Quijorna y Daganzo de Arriba y han corrido a cargo de efectivos de la Guardia Civil. El resultado fue la incautación de más de 40 plantas con un peso global superior a los 150 kilos y la detención de los siete presuntos responsables de las citadas plantaciones, quienes ya han sido puestos a disposición judicial.

El pasado miércoles, agentes del Puesto de Brunete de la Guardia Civil no sólo localizaron en el patio de un chalé situado a las afueras de Quijorna más de 30 plantas de marihuana, conocida técnicamente como cannabis sativa. También comprobaron que la casa donde las cultivaban contaba con un laboratorio para su manipulación.

Plantas de gran tamaño

Pese a su tamaño -la mayoría superaba los dos metros y en total arrojaban un peso cercano a los 100 kilos- era difícil detectar estas plantas desde el exterior. Una malla que cubría todo el perímetro de la finca las ocultaba. Pero existían sospechas fundadas y, finalmente, se procedió a un registro con la correspondiente autorización judicial.

Cinco jóvenes de edades comprendidas entre los 20 y los 25 años -tres de ellos vecinos de Quijorna y otros dos de Majadahonda- se ocupaban de su cultivo. Habían instalado un complejo sistema de riego por goteo para su mantenimiento y se habían llegado a constituir en una especie de pequeña organización de venta de marihuana a otros chicos de su edad.

En el laboratorio donde manipulaban la planta se encontraron sustancias para el tratamiento de las semillas, numerosos recipientes de abonos y fertilizantes, así como más de 25 kilos de arcilla expandida, supuestamente utilizada para la germinación de los granos. También fueron intervenidas pequeñas cantidades de hachís y marihuana, así como semillas de la referida sustancia, dos básculas de precisión y unos 2.000 euros en metálico, posiblemente obtenidos a través de la venta del estupefaciente.

En el segundo caso, agentes del Puesto de Torrejón de Ardoz detuvieron a una mujer de 24 años y un hombre de 28 que cultivaban marihuana en su vivienda de Daganzo.

En esta ocasión, localizaron 11 plantas convenientemente ocultas en el patio de la casa e intervinieron 100 gramos de semillas de marihuana, una machacadora, y diversos útiles para el consumo de esta sustancia.

Grandes actuaciones en verano

A lo largo de este verano se han producido al menos otras dos grandes actuaciones de este tipo, dirigidas a prevenir y perseguir los delitos de la Salud Pública. Una de ellas fue efectuada por agentes del cuerpo Nacional de Policía, que el pasado mes de agosto detuvieron a un hombre de 40 años por cultivar cannabis en un antiguo cámping situado junto a la M-40.

En el mes de julio, la Guardia Civil desmanteló en la localidad de Serracines, al norte de Alcalá de Henares, otra plantación de marihuana en la que se hallaron hasta 100 ejemplares adultos convenientemente separados según su sexo. Entonces fueron detenidas otras cuatro personas.

La necesidad de espacios abiertos para el desarrollo de estas amplias plantaciones hace que sus cultivadores utilicen normalmente viviendas unifamiliares con parcela y, por supuesto, ubicadas en lugares discretos.

Este tipo de casas suele encontrarse con mayor facilidad en pequeños pueblos enmarcados dentro del territorio de la Guardia Civil. De hecho, sus efectivos buscan ahora en la periferia Este de Madrid fincas similares.

Datos

Marihuana en Madrid. Las grandes plantaciones de cannabis se multiplican en los pueblos de la periferia de la capital. Sus cuidadores cultivan un producto dirigido a un amplio mercado, aunque fundamentalmente son chicos de entre 15 y 25 años. Casi uno de cada tres jóvenes dice haber probado esta sustancia en alguna ocasión y uno de cada cinco menores de 18 años la toma habitualmente. Normalmente, sus consumidores la adquieren de acuerdo a cantidades fijas: un talego serían seis euros y un huevo equivaldría a una pieza de unos 24 o 30 euros. Pese a su ilegalidad (su posesión supone multas de entre 300 y 3.000 euros), en numerosos lugares de la región puede ser fácilmente adquirida.

Plantar es muy fácil. El cultivo de la planta del cáñamo, o cannabis, es relativamente fácil. Casi en cualquier sitio, con una serie de cuidados mínimos, puede conseguirse una plantación abundante de este vegetal cuyas hojas de las plantas hembras es lo que conocemos como marihuana. Si se quiere asesoramiento también es muy sencillo. En Internet están colgadas muchas páginas dedicadas a este tema y hay mucha bibliografía al alcance de la mano en cualquier librería. Las semillas pueden adquirirse también sin problemas. Calor y luz, ya sean estos naturales o artificiales, así como un poco de humedad y no excesivo frío; con estos ingredientes casi cualquiera puede poner su plantación particular.