Las unidades especializadas están detectando ya los primeros casos de las llamadas adicciones sin sustancia, entre las que destacan al sexo o al juego; es el caso de la Unidad de Conductas Adictivas de la Diputación Provincial de Toledo, que dirige el psiquiatra Ángel Díaz Ruano. Desde hace poco tiempo, la Unidad trata los primeros pacientes adictos al sexo, así como a ludópatas que desarrollan su patología a través de internet. «Son cerca de veinte adictos al juego y tres al sexo, y todos son hombres. En ambos casos son trastornos de conducta», explica el especialista.

Los adictos al sexo son personas adultas, casadas, con hijos y con una problemática muy importante. «Tengo un paciente con una familia estructurada que un día se mete en internet y ahí empieza el problema. El caso más reciente es el de un hombre que vivía en Madrid, casado, con una hija, y que terminó separándose de su mujer. Su adicción al sexo comenzó a través de internet pero luego se trasladó a otro tipo de contactos, casas de citas, etc».

Estos pacientes no pueden pasar sin el sexo —su adicción es muy fuerte— y sus características psicológicas son similares a las de los drogodependientes, con una capacidad de frustación nula, e inmadurez psicoafectiva: « son gente en el fondo inmaduros, muy niños», subraya Díaz Ruano. Y aunque se trate de una adicción sin sustancia, el tratamiento es muy similar al que se aplica con las toxicomanías, tanto desde el punto de vista de la farmacología que se prescribe, como del tipo de terapia, «que de alguna forma es de contención y de aprendizaje de alternativas distintas a las sustancias, o a lo que te genera la adicción».

En el caso del juego, los ludópatas han cambiado de perfil con respecto a hace una década. «Hace diez años teníamos algún caso, pocos, de ludópatía, pero relacionada con las máquinas tragaperras. Ahora los ludópatas se meten en internet y rápidamente van a las páginas de juego; hay gente adulta que se arruina, incluso chavales jóvenes que arruinan a sus padres», cuenta el especialista.

Tanto los adictos al sexo como al juego son personas con trastornos de la conducta y el tratamiento es psicológico, fundamentalmente. «A nivel de fármacos tenemos antiimpulsivos, que disminuyen ese impulso que tienen las personas para ciertas cosas. También se utilizan mucho los antidepresivos porque en el fondo hay una base de malestar interno y los fármacos actuales, que son más suaves, van muy bien para la distimia (trastorno afectivo de carácter depresivo crónico, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado)». Se refiere también el psiquiatra al importante aumento del número de adictos al alcohol debido a la crisis económica. «Hace un par de años nos establecimos con un número importante de casos, pero en los últimos meses, en lo que va de 2011, el tema se ha recrudecido. Raro es el día que no tenemos uno o dos casos», destaca Díaz Ruano.

Maltrato y alcoholismo

Desde hace dos años, la Unidad que dirige Díaz Ruano trabaja con dos grupos de mujeres maltratadas adictas al alcohol. «Tenemos un grupo específico de unas diez mujeres y alguna ya ha sido dada de alta. Son personas con órdenes de alejamiento, con problemas graves». En este contexto se producen situaciones difíciles como la coincidencia del maltratador y la maltratada en la Unidad, cada uno de ellos en un programa distinto. «Una mujer llamó el otro día a la Policía porque estaba allí el marido, al que tengo en tratamiento con un problema de alcohol. Y hay que citarlos en días distintos porque no puedo negarle el tratamiento al varón».

Un gran porcentaje de mujeres maltratadas lo son por la adicción al alchol y otras drogas de sus parejas, pero fundamentalmente es el alcohol, la droga que más problemas sociales y más mortalidad genera. Era patonomónico (algo específico de la enfermedad) del alcohólico la celotipia, el delirio de celos, así como un un problema de impotencia funcional a nivel de erección. «Como el contacto sexual no es el adecuado, el hombre le echa la culpa a la mujer, la acusa de estar con otro, y el problema es de impotencia producida por el alcohol».