La variedad de tiendas virtuales que ofrecen hierbas psicotrópicas prohibidas en nuestro país hace que muchos españoles recurran a internet para comprarlas. Peyote mexicano, setas alucinógenas, efedra, éxtasis y «speed» naturales, y una extensa gama de semillas. Sólo hay que hacer un pedido por correo electrónico, pagar con tarjeta de crédito y esperar a recibir el envío en casa, un método que convierte a la red y al correo postal en los «camellos» invisibles del siglo XXI.

Desde Correos aseguran que el protocolo de seguridad «tiene como objetivo garantizar la seguridad de los paquetes», que todos los envíos «tras ser clasificados pasan por un escáner en los que se detecta si hay explosivos», pero que «no existe ningún protocolo de seguridad específica para la detección de envíos de estupefacientes o sustancias prohibidas».

Al tratarse de envíos internacionales, señalan desde la institución, en este asunto tienen competencia los Servicios de Vigilancia Aduanera: «Ellos son el primer filtro de cualquier envío que llegue a España desde otro país por correo convencional. Mediante escáners y perros controlan todos los paquetes que llegan y si ven algún envío sospechosos piden la colaboración de Correos. En ese caso interviene la Policía o la Guardia Civil, que hacen un seguimiento del paquete hasta su destinatario y detienen a la persona que lo retira». A pesar de este control, los perros de la Policía están entrenados para detectar cocaína y todo tipo de estupefacientes, pero no drogas herbales como semillas hawaianas, peyote o setas alucinógenas, que suelen llegar a su destino sin problemas.

Las web que ofertan los productos, como la holandesa sjanaan.com, advierten a sus clientes que éstos «al hacer el pedido, aceptan todas las responsabilidades en cuanto al envío y la legalidad». De esta manera se eximen de toda responsabilidad. Desde el Ministerio de Sanidad señalan que «la venta de drogas por internet, al igual que la de medicamentos, está prohibida en nuestro país», y que son los cuerpos de seguridad especializados en delitos telemáticos «los que se encargan de hacer un seguimiento de las ventas ilegales».

La ciudad de Amsterdam se ha convertido en el paraíso de las drogas de muchos españoles. Desde allí existen muchas estrategias para enviarla a España. «Siempre que se trate de cantidades pequeñas, no más de 50 gramos de costo o marihuana, la cosa es bastante sencilla. Camuflas las sustancias dentro de un libro, en una cinta de vídeo o en algún regalo, como una flor seca, un móvil o un despertador, y lo mandas a tu dirección de España por correo, sin remite, claro. La mayoría de las veces funciona», relata Antonio, un joven consumidor que viaja asiduamente a Holanda . «Un método muy eficaz es fingir que se trata de una carta de amor a la novia. Deshaces el costo y lo moldeas en forma de corazón y lo pegas en la carta. Luego pintas en el sobre muchos corazones rojos», apunta .