Muchos españoles no habrán olvidado la imagen de esta mujer que se atrevió a salir en Televisión Española en los años setenta para reconocer que tenía hijos drogodependientes y, al mismos tiempo, para exigir soluciones a una sociedad de la que, desde su punto de vista, parte el problema. La directora de la Asociación Castellanoleonesa de Ayuda al Drogodependiente (Aclad), María Gutiérrez-Cortines propone que se utilice la heroína «de forma terapéutica» en los centros de atención a toxicómanos, aunque sabe que su teoría no es políticamente correcta.

La directora de la asociación fundada en 1979 por un grupo de padres de jóvenes toxicómanos analiza la situación actual que atraviesa la ciudad de Valladolid, cuando se ha dado cerrojazo al poblado de La Esperanza y se ha impuesto la realidad, los traficantes, simplemente, se trasladan. «La situación actual es consecuencia de que sólo se toman medidas policiales y urbanísticas, pero no sociales». Considera que «la droga está en la esencia de la sociedad» y, en este sentido, asegura que el primer paso para poder luchar contra esa lacra es que «las personas lo comprendan», tanto los padres que tienen hijos toxicómanos como los padres con hijos que no consumen drogas, «porque algún día pueden consumirlas».

Al mismo tiempo, Gutiérrez-Cortines critica el cinismo de una sociedad que no quiere los centros de tratamiento junto a sus casas, cuando muchos de estas personas tienen el problema en su propia familia. No comprende «el rechazo profundo» de los vecinos, un rechazo que ya sufrió Aclad en La Pilarica, aunque en estos momentos la asociación y los chicos han logrado «la integración y el respeto del barrio» gracias a su esfuerzo y su labor.

Valiente como muchos otros padres que han sabido dar el primer paso para ayudar a sus hijos -identificar y reconocer la existencia del problema-, esta vallisoletana defiende la necesidad de que se abran más centros de tratamiento de toxicómanos. «La imagen de un joven entrando en uno de estos centros para tratarse con metadona vale más que mil palabras», señala, poco antes de insistir en que esta imagen tiene «un valor preventivo impresionante». La directora de Aclad advierte sobre las contradicciones de una sociedad que ve cómo sus hijos acuden a discotecas en las que penetran en el mundo de las drogas con el consumo de pastillas y de alcohol.

A María Gutiérrez-Cortines no le sorprende nada que los traficantes del poblado de La Esperanza se hayan trasladado ahora al Camino Viejo de Renedo, próximo al paseo Juan Carlos I, ya que es «una zona muy degradada de la ciudad» desde hace muchos años». En este sentido, recuerda que Aclad trabaja desde 1996 con jóvenes que ejercen la prostitución en esta zona.

Medalla al Mérito

Esta mujer de apariencia menuda pero llena de coraje recibió la Medalla al Mérito Civil de manos del ministro del Interior, Ángel Acebes, hace poco más de un mes. Aunque admite que se merecía este reconocimiento porque «me he dejado la piel y he recibido tortas hasta en el carné de identidad», también quiere resaltar que ella «no sería nada sin Aclad». Es más, para alabar la labor de las personas que trabajan en la asociación no le duelen prendas en reconocer que hace dos años fue presa de una depresión que la mantuvo alejada de sus funciones y, a pesar de ello, «todo seguía funcionando».