Un tratamiento antirretroviral administrado a los niños justo en el momento del nacimiento permite reducir el contagio de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Esta estrategia es eficaz en los casos en los que no se sabe que la madre es seropositiva hasta el mismo momento del parto, lo que impide utilizar el tratamiento habitual (la administración de estos fármacos intraparto).

La transmisión materno-fetal del VIH es uno de los mecanismos de contagio de esta infección que es preciso controlar, especialmente en regiones como África donde el problema adquiere dimensiones muy importantes.

Hasta ahora se ha demostrado la eficacia de los fármacos durante el embarazo y el parto, o de su administración a las madres sólo durante el nacimiento, todo ello junto el tratamiento al bebé en los primeros días de vida. Sin embargo, hay algunas mujeres que llegan a la sala de partos sin saber si están infectadas o no, lo que impide una estrategia preventiva puesto que en muchos de estos casos, especialmente si el parto es rápido, no hay tiempo suficiente para diagnosticar a la embarazada e iniciar la terapia en el momento de dar a luz.

Los hijos nacidos de madres seropositivas en los que no se utiliza ninguna estrategia preventiva tienen un riesgo alto de ser contagiados: uno de cada 3-4 niños nacidos de gestantes infectadas se infecta. Los tratamientos utilizados hasta ahora han demostrado que se puede reducir el riesgo hasta obtener tasas de infección que llegue a uno de cada 6-10 niños.

En Malawi, se ha realizado un estudio entre niños nacidos de madres infectadas que no sabían que lo estaban en el momento del parto para ver si se podía reducir la tasa de infección en estos bebés. Se eligieron mujeres que llegaran al paritorio en avanzado estado de parto (más de 6 cm de dilatación, con contracciones regulares, y un tiempo estimado de parto menor de 2 horas) y que no hubieran sido estudiadas previamente para ver si eran seropositivas. A estas pacientes se les hizo un test de VIH rápido en el momento del parto. Cuando el resultado era positivo se iniciaba tratamiento a los recién nacidos.

Los resultados, publicados en la revista «Lancet», demuestran que dar dos fármacos antirretrovirales (nevirapina y zidovudina) al niño nada más nacer dos veces al día durante la primera semana de vida reduce la tasa de contagio.

Los autores del estudio comentan «que el tratamiento tras el parto puede ser una opción útil para los hijos de mujeres que no hayan sido estudiadas durante el embarazo». Esta terapia es fácil de administrar incluso en el África Sub-Sahariana.

Las cifras, teniendo en cuenta la gran cantidad de pacientes que están afectadas en esta región, pueden suponer un importante impacto en el número global de casos evitados. Los autores insisten en que esta estrategia no debe servir para sustituir a las conocidas hasta ahora, y debe usarse sólo en aquellas pacientes que lleguen al momento del parto sin conocer si están infectadas o no.