En las faldas de los volcanes Tajumulco y Tacaná, localizados a una altura aproximada de 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar y a apenas 20 kilómetros de la frontera con México se esconde uno de los tesoros más apetecidos por los narcotraficantes mexicanos: la amapola.

En San Marcos, donde el 61 por ciento de los 880 mil habitantes vive en extrema pobreza, algunos lugareños han dedicado 44 caballerías de la zona a la siembra de amapola, de la cual se extrae la pasta de opio para elaborar, en suelo mexicano, la morfina y sus derivados, como la heroína.

En las tierras frías de San Marcos, y particularmente en los bosques montañosos subtropicales y húmedos de los municipios de Ixchiguán, Tacaná y Tajumulco, crecen los cultivos de amapola, una planta de cuyo bulbo se extrae el opio, del cual se deriva la heroína y se puede procesar para obtener desde morfina hasta somníferos, que utilizados medicinalmente ayudan a tratar a pacientes terminales reduciendo el dolor causado por enfermedades.

Y es en este contexto donde grupos de campesinos pobres que habitan en San Marcos han cambiado la papa, el frijol y el maíz por la amapola.

La diferencia, según el Servicio de Análisis e Investigación Antinarcótica (SAIA), es que antes ellos ganaban Q4 mil por cosecha sembrada de productos tradicionales en seis meses de trabajo; pero con la llegada de la flor y las semilla de amapola sus ganancias se han incrementado hasta Q50 mil anuales por sembrarla.

La amapola es uno de los cultivos más cotizados, porque de ella se extrae el opio, el cual puede ser fumado, o procesado y convertido en heroína, ambas drogas de consumo ilegal.

La proliferación de este cultivo ha ocasionado que la DEA (Drug Enforcement Agency) reporte que a la fecha, Guatemala dedica 1,800 hectáreas (44 caballerías) a la siembra de amapola.

Además, sostiene que bastaría con incrementar en 200 hectáreas la zona de cultivo, para que Guatemala sea descertificada por el gobierno de Estados Unidos como país cooperante en la lucha contra las drogas.

El cultivo de amapola ha sido tan próspero en la región que según un informe del Departamento de Estado de EE.UU., Guatemala ocuparía el sexto lugar a nivel mundial en la siembra ilegal de amapola.

Lucha frontal

Debido al crecimiento desmesurado de la siembra de amapola, desde inicios de 2006, las fuerzas de seguridad iniciaron una lucha frontal en el departamento de San Marcos, con la finalidad de detener la producción ilegal de este cultivo.

El 27 de marzo de este año, la Policía Nacional Civil (PNC) erradicó 9 millones de plantas de amapola en dicha área. El resultado: más de diez personas heridas entre policías y civiles, además, los habitantes de Ixchiguán y Tajumulco recibieron con balas disparadas por AK-47 a los más de 500 agentes policíacos. El enfrentamiento duró más de media hora.

Además, el SAIA documenta que la amapola ocupa el tercer lugar en la lista de drogas incautadas en el país.
Más de 29 millones 700 mil matas de amapola se han incautado en este período, lo que equivale a Q290 millones 700 mil, a razón de Q10 por mata.

No obstante, a principios de este año, las autoridades del Ministerio de Gobernación lanzaron un operativo, en el cual erradicaron un promedio de 8 millones de matas de amapola valoradas en Q80 millones.

La cartera de Gobernación anunció también que combatirá los cultivos de amapola por la vía aérea en San Marcos, esto luego de que se sobrevoló la región y se determinó que más de 1,800 hectáreas están sembradas con amapola, particularmente en los municipios de Tajumulco y Tacaná.

El herbicida que rociarán las aeronaves será el Glifosato, utilizado también para combatir la coca y amapola en Colombia.

Al respecto, un estudio efectuado por la Organización de Estados Americanos (OEA) demostró que este herbicida no hace daño a los seres humanos ni al ambiente.

Por su parte, el ministro de Gobernación, Carlos Vielmann, declaró meses atrás que el problema se debe de abordar con firmeza. El funcionario anunció que pedirán al Ministerio Público y al Organismo Judicial que se realice una operación grande en el área, la cual incluiría allanamientos y requisas.

San Marcos, al servicio de los carteles mexicanos

De acuerdo con Carlos Vielmann, ministro de Gobernación, el ciclo del cultivo de estas matas inicia con el suministro de semillas por parte de los carteles mexicanos.

Noventa días después de sembradas las semillas, la planta de la amapola germina y la extracción de la pasta del bulbo comienza.

Luego, los agricultores extraen la resina que en un principio es un líquido lechoso, pero que en pocas horas se convierte en una consistente masa negra que es depositada en bolsas de nylon. Por último es trasladado en caballos hacia la frontera (Unión Juárez, Chiapas), donde los esperan los carteles del Golfo y el de Juárez.

Se trata de dos organizaciones de narcotraficantes que operan en todo el territorio nacional, según destacó una fuente consultada de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de México, quien no quiso ser citado.

Los carteles al mando son el del Golfo comandado por Osiel Cárdenas, pese a que se encuentra actualmente en prisión en el estado de México. Al servicio de este cartel se encuentran Los Zetas, quienes ocuparon los titulares de los medios de información, luego de que más de siete kaibiles guatemaltecos integraron dicha organización de sicarios.

Otro de los carteles que tiene injerencia en los cultivos de amapola de San Marcos es el de Juárez y Sinaloa, dirigido por Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como «el Chapo» y a quien el Ejército de Guatemala aprehendió en 1993. Sin embargo, este escapó en enero de 2001 de la cárcel de Jalisco. Al respecto, la revista «Proceso» publicó el mes pasado que ambos grupos mantenían en zozobra a los habitantes del sur de Chiapas, principalmente a los del municipio de Palenque, fronterizo con Guatemala.

El primero en controlar el cultivo de amapola en San Marcos fue un grupo de narcotraficantes al servicio de Amado Carrillo Fuentes, “El señor de los anillos”, luego los hermanos Benjamín, quienes controlan el tráfico de drogas en el norte de México.

Posteriormente, el turno le tocó a Javier y Rafael Arellano Félix, el primero dentenido el pasado 14 de agosto en una embarcacion y extraditado a los Estados Unidos por agentes federales acusado de conspiracion para ingresar drogas a los EE.UU . A principios de 2000, se inició una disputa entre los seguidores de Guzmán y la organización denominada el Cartel del Golfo, la cual opera en el centro y sur de México.

El sexto en el mundo

El cultivo de amapola ha sido tan próspero en la región que según un informe del Departamento de Estado de EE.UU, Guatemala ocuparía el sexto lugar a nivel mundial en la siembra ilegal de amapola, le sigue únicamente a Afganistán, Pakistán, Myanmar, Colombia y México.

Debido a que la siembra de amapola está regulada por la Convención Única Sobre los Estupefacientes de 1961, los únicos países que pueden sembrar esta planta son Australia, India, España, Turquía, Hungría y Francia. El resto de naciones que se dedican a esta actividad, se presume que lo hacen para la elaboración de heroína y la venta de opio en el mercado ilegal.
En el departamento de San Marcos el cultivo se hace desde 20 años.

La amapola en la historia

La zona alta de San Marcos se ha convertido por más de una década en territorio fértil de la amapola. Fue hasta en 1998 que los gobiernos de Guatemala y Estados Unidos lanzaron el Plan Maya Jaguar, el cual pretendía erradicar el trasiego del narcotráfico en el país. La siembra de amapola de San Marcos estaba incluida en este Plan. Sin embargo, Estados Unidos retiró su apoyo a la erradicación de dicha planta en el altiplano del país por falta de fondos.

Posteriormente, la actividad se incrementó en 2000, según destacaron autoridades de la Fiscalía de Narcoactividad de Quetzaltenango.

El 6 diciembre de 2005, el Congreso de la República amplió dicho plan hasta 2008. En este proyecto participa el Comando Sur de EE.UU. conjuntamente con el Ejército de Guatemala.

En marzo pasado, el Departamento de Estado de EE.UU. lanzó un informe en el que advierte que la frontera sur del país con México es utilizada como un paso para las anfetaminas.

Actualmente, la presencia policíaca así como la del Ejército se resume a velar para que no se manifiesten enfrentamientos entre los habitantes de los municipios de Ixchiguán y Tajumulco. Se trata de un conflicto de tierras, en el que sus residentes se enfrentan con armas de alto calibre a la que, ni el Ejército de Guatemala, muchos menos las fuerzas públicas tienen acceso.

Para erradicar la amapola, las autoridades guatemaltecas se apoyan con 800 elementos de la PNC.