Más críticas que apoyo recibió el presidente uruguayo, José Mujica, debido a su propuesta de tratamientos especiales para los adictos a las drogas, que implicarían trabajos en el campo o una instrucción militar.

La polémica iniciativa encontró resistencias incluso en la bancada oficialista, aunque uno de los diputados del bloque oficialista anunció ayer que presentará un proyecto de ley para internación compulsiva de los adictos.

Ese mecanismo, que había sido rechazado por la izquierda, abarca no sólo a los adictos a la pasta base de cocaína (paco), a los que se refirió Mujica, sino a los que sean denunciados por adicción a otras drogas, incluidos el tabaco y el alcohol.

Mujica dijo que su gobierno hará «algo de impacto» en el combate a la adicción a la droga conocida como paco en la Argentina y como pasta base en Uruguay, que ha derivado en un aumento de delincuencia barrial y de una mayor inseguridad en la población. Entre las iniciativas, Mujica mencionó la posibilidad de que los adictos realicen trabajos rurales o que reciban una instrucción militar.  

El senador del Partido Nacional, Francisco Gallinal, dijo que percibe que «el presidente está improvisando» porque entiende que a Mujica «le gusta hablar de todos los temas». Dijo a El País Digital que la drogadicción «no es un tema para improvisar» y que Mujica «debería dejar esto en manos de especialistas en la materia». Precisamente a los expertos, dentro y fuera del gobierno, no les cayó bien la idea de Mujica, aunque evitaron hacer declaraciones.  

La senadora por el Frente Amplio (FA), Susana Dalmás, dijo que para los drogadictos «las tareas de campo» pueden ser «terapéuticas y saludables», pero expresó desconcierto respecto de las prácticas militares. «No visualizo por qué razón (el presidente) habla de servicio militar cuando puede haber una disciplina civil que sea igualmente idónea», expresó la legisladora oficialista.  

La propuesta de Mujica coincidió con la primera sesión del período de la Junta Nacional de Drogas, realizada en la casa de gobierno. Los funcionarios fueron sorprendidos por las declaraciones de Mujica publicadas el jueves por el semanario Búsqueda.

Durante la campaña electoral, Mujica había planteado una solución parecida que había sido rechazada por el Frente Amplio, que considera que esas medidas corren riesgo de caer en violaciones de los derechos humanos. «El problema es que te tiran una parafernalia de derechos, que no sabés lo que es; me rindo. ¡Hay una producción ?abogadil´ en este país, brutal! Te agotan», expresó Mujica.  

«A los adictos hay que sacarlos del medio ambiente, tenerlos un poco aislados y que se cansen. Se les puede dar instrucción militar. Hay que diferenciar servicio militar de instrucción», dijo el mandatario, que aclaró que lo que él considera «instrucción» militar «no significa andar a los tiros ni nada de eso». Dijo que «el asunto es sacarlos (a los adictos) de sus lugares y ponerlos a hacer trabajo físico».  

En este contexto, el diputado Víctor Semproni (FA) anunció que presentará un proyecto que impulsa el tratamiento compulsivo con internación para adictos a diversas drogas, incluso alcohol y tabaco. La iniciativa comprende que cualquier ciudadano pueda hacer una denuncia que, investigada, derive en la internación del adicto. En ámbitos legislativos anticipaban ayer que la propuesta será resistida incluso en la propia bancada oficialista.