La ley, votada en 2008, nunca se había aplicado, pero el gobierno decidió revocar este año la licencia de los 5.000 establecimientos que proponen a sus clientes la shisha, una pipa de agua típica de la región.

Fumadores y dueños de cafés están indignados con esta decisión que cuestiona un estilo de vida y una industria con un volumen de negocios de unos 1.500 millones de dólares y que emplea a 12.000 personas.

«Miles de personas perderán su empleo», advirtió Emran Torsha, que dirige el café Jafra, en el centro de Amman, al que acuden casi 2.000 clientes cada día, la mitad de ellos para fumar.

La licencia que le permite proponer narguile en el establecimiento expira en febrero.

«¿Qué les vamos a decir a los clientes que vienen aquí para relajarse?», se pregunta en el café, donde decenas de hombres y mujeres de todas las edades fuman narguile mientras beben o comen algo.

El ministro de Turismo, Nidal Qatamin, pidió que «la prohibición se aplique gradualmente, tomando en cuenta los intereses comerciales».

Pero el ministro de Sanidad, Ali Hiasat, se ha propuesto eliminar el narguile en Jordania. «El gobierno no se retractará», afirmó.

Las autoridades comenzaron a aplicar la ley contra el tabaco en 2010, dos años después de su votación. Pero fue prácticamente ignorada, incluso en los locales gubernamentales y en los espacios públicos, como hospitales y escuelas.

La ley prevé hasta un mes de cárcel o una multa de 21 a 35 dólares (16 a 26 euros) para los fumadores, e incluso seis meses de prisión y el pago de 1.400 dólares si se fuma, por ejemplo, en un centro de preescolar.

La mitad de la población fuma

Pero el narguile es un pasatiempo muy popular en Jordania.

«¿Qué va a sustituir a la shisha si el gobierno la prohíbe? ¿A dónde iremos?», se pregunta Wasim Yusef, un treintañero sentado en una de las mesas del Jafra. «El narguile es una tradición. Es mi único ocio».

Los expertos en sanidad afirman que el sabor afrutado y variado de la shisha puede hacer que los fumadores se olviden de la peligrosidad del tabaco y advierten de que el narguile es más dañino que el cigarrillo debido al tiempo en que se tarda en consumir.

Y las autoridades están preocupadas por los efectos del tabaco en un país donde la mitad de los siete millones de habitantes son fumadores.

«Cada año se registran 5.000 casos de cánceres en Jordania. Alrededor del 40% están relacionados con el tabaco«, afirma Firas Hawari, un médico del Centro de Cancerología del Rey Husein.

«La lucha contra el tabaco se ha convertido en una prioridad en Jordania. La ley debe aplicarse sin demora», recalcó.

Una opinión compartida por Faten Hanaia que dirige la asociación Jordania Sin Tabaco, para quien la prohibición del narguile es «una primera etapa hacia la prohibición de fumar en lugares públicos».