España lidera en la Unión Europea los países en los que se conduce bajo el efecto de drogas, según el director del Instituto de Estudios de Alcohol y Drogas de la Universidad de Valladolid, Francisco Javier Álvarez.

Durante un debate este lunes sobre drogodependencias en Valencia, Álvarez expuso algunos datos del proyecto europeo DRUID, que refleja que mientras en trece países europeos se encontró alcohol o drogas en el 4% de los conductores, en España el porcentaje fue del 14%. En Italia, el porcentaje ascendió al 15%, pero solo en consumo de alcohol.

Tras matizar que «no toda Europa tiene el mismo problema», el también catedrático en Farmacología opinó que el hecho de que suponga un porcentaje alto en España puede deberse a que los dirigentes «estén mirando a la luna de Valencia y no se estén dando cuenta de que la política supone hacer cosas».

Si bien España no es de los países con más conductores bajo los efectos del alcohol, en drogas sigue siendo el número uno, según Álvarez.

En la conferencia también participó la fiscal delegada de Seguridad Vial de la provincia de Valencia, María Teresa Soler, que explicó que la función de la Fiscalía no es solamente la aplicación de la ley, sino también el seguimiento en los casos más graves.

Soler explicó que se está llevando a cabo una actuación en todos los ámbitos de los artículos previstos y especialmente en el artículo 379 del Código Penal mediante reuniones y protocolos, así como estudios con forenses para conocer cuál es la influencia que puede producir cada droga.

Durante su ponencia, Francisco Javier Álvarez también dedicó espacio a los nuevos aparatos usados para detectar drogas en los test de conducción, y destacó la nueva ley con la que España se convierte en el primer país europeo que utiliza el fluido oral como prueba de diagnóstico.

De esta manera, para el contranálisis la persona afectada puede optar entre hacerlo mediante análisis de sangre o de fluido oral.

Cada aparato, según el experto, cuesta 2.500 euros, y cada cartucho, 12 euros, un coste que se espera compensar con las multas impuestas.

Álvarez destacó que en los controles de drogas, los policías aciertan en torno al 98% de los casos debido a sus impresiones durante los diez minutos que dura el control, ya que los conductores empiezan a ponerse nerviosos si han tomado estas sustancias.

Advirtió de que los consumidores de cannabis se ven igualmente expuestos a efectos negativos al volante y que, según la información obtenida en el DRUID, los riesgos de esta sustancia son ligeramente mayores a los del alcohol.