Fumadores del sexo masculino no solo deberían preocuparse por los riesgos de cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y afecciones cardiacas asociados al consumo de hojas de tabaco en cualquiera de sus modalidades. Ensayos in vitro han demostrado que el cadmio, sustancia química presente en el humo del cigarrillo, interrumpe el movimiento normal de los espermatozoides, perjudicando la calidad del semen. En consecuencia, disminuye la capacidad del hombre para causar un embarazo.

Investigadores del Centro de Biofísica y Bioquímica del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) han encontrado que el cadmio, en distintas concentraciones, reduce la movilidad espermática. Lo hace inhibiendo, entre otras cosas, la actividad de una enzima (la ATPasa de Ca) reguladora de las concentraciones intracelulares de calcio, así como de la proteína dineína, que constituye el verdadero motor molecular con el cual se mueve el flagelo de los espermatozoides.

Conocida como trifosfato de adenosina o ATP, esta molécula es la principal fuente de energía de los espermatozoides. Durante años, el Laboratorio de Bioenergética Celular del IVIC ha estudiado el funcionamiento de las enzimas que utilizan ATP para mover iones a través de las membranas (las ATPasas), con el fin de determinar con precisión cómo y por qué se mueven los espermatozoides y cuáles sustancias farmacológicas alteran su desplazamiento.

El cadmio entra al organismo a través de la ingesta de agua y alimentos que lo contengan y mediante la inhalación de partículas suspendidas en el aire. Por esta vía es absorbido cerca del 50% del metal, siendo transportado por la circulación sanguínea a los diferentes órganos y tejidos; de allí que los fumadores tengan mayores probabilidades de padecer sus efectos en riñones, hígado, pulmones, páncreas, huesos, músculos y sistema nervioso central.

La movilidad de los espermatozoides es uno de los parámetros usados para definir la calidad del semen, pero no el único. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el año 2010 el quinto Manual para el Examen y Procesamiento de Semen Humano, en el cual se señalan los límites de referencia en función de una lista de criterios. Entre estos se incluyen el pH, volumen, concentración espermática, motilidad, morfología espermática, viabilidad y concentración de leucocitos.

De acuerdo con los expertos del IVIC, ha habido varios intentos de crear un anticonceptivo «masculino», pero esto se ha limitado al uso de preservativos y espermicidas, es decir, compuestos que destruyen a los espermatozoides para impedir la fecundación.