Los niños cuyos padres son fumadores tienen un mayor riesgo de sufrir, de forma inmediata, tos y respiración dificultosa, bronquitis, otitis media, asma, neumonía, infecciones del tracto respiratorio potencialmente graves, problemas visuales y auditivos y daños o muerte provocada por incendios causados por el cigarrillo.

Además, a largo plazo tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca, que los hijos de padres no fumadores y un 40 por ciento más de probabilidad de fibrilación auricular cuando son expuestos al humo del tabaco durante el embarazo y las malformaciones cardiacas.

Seguir leyendo >>