Nota: artículo original publicado en http://www.gtt-vih.org/

Un estudio prospectivo, realizado en EE UU y publicado recientemente en la revista AIDS, sugiere que el uso diario o semanal de poppers durante años (lo que se consideraría un consumo elevado) podría estar relacionado con un aumento del riesgo de sufrir cánceres provocados por virus en hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) sin el VIH mayores de 50 años. Sin embargo, los hombres gais y otros HSH con el VIH no verían aumentado el riesgo de padecer dichos tipos de cáncer por el alto consumo de poppers.

Una de las drogas de uso sexual más común entre los hombres gais y otros HSH es el poppers, compuesto por nitritos de amilo de administración inhalada. Esta droga es un vasodilatador, por lo que, a menudo, se usa para facilitar el sexo anal y se ha asociado a mayores índices de relaciones sexuales de riesgo. Algunos estudios en animales han relacionado el uso de poppers en altas dosis con una inmunosupresión temporal. Además, al principio de la epidemia del sida hubo ciertos estudios que relacionaron el poppers con el desarrollo del sarcoma de Kaposi (uno de los cánceres definitorios de sida más prevalentes). No obstante, muchos estudios posteriores han demostrado que estas asociaciones no están basadas en suficientes evidencias y, por tanto, se han desestimado.

Sin embargo, sigue habiendo ciertas evidencias que sugerirían que el consumo prolongado de Popper podría incrementar el riesgo de canceres causados por virus (veáse La Noticia del Día 13/03/2014). Para estudiarlo, los investigadores de este estudio analizaron una cohorte de hombres gais y otros HSH de EE UU, que estaban inscritos en el Estudio de Cohorte Multicéntrico del Sida (MACS, en sus siglas en inglés). La cohorte incluyó a 3.223 hombres (de los cuales 1.563 tenían el VIH y 1.660 no lo tenían), de una media de edad de 43 años en su primera visita al estudio y que estuvieron en seguimiento (una visita al año aproximadamente) durante una media de 11 años.

A las personas con o sin el VIH que participan en el estudio MACS se les hace un seguimiento y registro de diversos parámetros de salud como marcadores inmunológicos (recuento de CD4 e índice CD4:CD8) y conductuales, que incluye información sobre la utilización de drogas de uso recreativo. Gracias a esta información se pudo hacer un análisis prospectivo para establecer si hay alguna relación entre el alto consumo de poppers y el desarrollo de cáncer asociado a virus.

Para ello, se clasificaron a los participantes en tres grupos según su consumo de esta droga:

  • Consumo elevado: aquellos que usaron poppers a diario o semanalmente durante al menos un año durante el estudio. En este grupo se incluye al 20% de hombres sin el VIH y 33% de hombres con el VIH.
  • Consumo moderado: aquellos que usaron poppers una vez al mes o incluso menos.
  • No consumidores.

Para realizar las comparaciones se comparó el grupo de consumo elevado con un grupo control, formado por aquellos hombres con consumo moderado o no consumidores. No se encontraron diferencias en los marcadores inmunológicos (recuento CD4 e índice CD4:CD8) comparando los hombres con consumo elevado y el grupo control, independientemente de su estado serológico.

Entre los participantes del estudio se diagnosticaron un total de 327 cánceres en 296 hombres. Algunos cánceres como el carcinoma de células escamosas de la piel o el cáncer anal o de próstata fueron más prevalentes en hombres con consumo elevado de poppers. Una vez se usaron los modelos estadísticos ajustados, esta diferencia dejó de ser significativa.

Los autores se centraron entonces en los cánceres asociados a virus entre los que se incluyen el linfoma no de Hodgkin (asociado al virus Epstein-Barr; VEB), el sarcoma de Kaposi (asociado al virus del herpes humano-8; VHH-8), y el cáncer anal y orofaríngeo (asociado al virus del papiloma humano; VPH). No se incluyeron los canceres asociados a los virus de la hepatitis B o C porque había una muy baja prevalencia de estos en la cohorte estudiada. Se realizaron los análisis separando a los participantes por estado serológico.

Aunque se observó inicialmente una tendencia a un mayor riesgo de padecer estos canceres en los hombres con el VIH con un consumo elevado de poppers, una vez se ajustaron los resultados por edad, etnia, número de parejas sexuales, tabaquismo, uso de otras drogas y otras infecciones de transmisión sexual, esta asociación dejó de ser estadísticamente significativa. Sin embargo, en resultados previos en la misma cohorte, sí que se encontró una relación significativa entre el consumo elevado de poppers y el incremento del riesgo de padecer cáncer (véase La Notícia del Día 13/03/2014).

En cambio, sí se detectó en los hombres sin el VIH con consumos elevados de esta droga un incremento del riesgo a padecer cánceres asociados a virus usando los modelos estadísticos ajustados. No obstante, esta asociación sólo fue significativa en hombres de entre 50 y 70 años.

Según estos resultados, los hombres sin VIH de esta franja de edad tienen una probabilidad tres veces mayor de ser diagnosticados de un cáncer asociado a un virus si consumen poppers en altas dosis. Además, la proporción de estos cánceres en el conjunto de todos los cánceres que se diagnosticaron en hombres sin el VIH de 50-70 años fue mayor en aquellos que consumían altas dosis de poppers en comparación con el grupo control.

Cuanto mayor fuese el consumo de poppers durante los cinco primeros años desde que se entrara en el estudio, mayor era el riesgo de padecer un cáncer asociado a virus en este grupo de hombres sin el VIH de entre 50-70 años. Lo que implica un alto riesgo para aquellos que tienen un consumo de poppers muy elevado.

Estos hombres tenían un cociente de tasas de incidencia (IRR, en sus siglas en inglés) de 1,011 por día por año de alto consumo en un promedio de 5 años. Este cociente es la ratio entre los eventos ocurridos en la población expuesta (alto consumo de poppers) y los ocurridos en la población no expuesta (grupo control). Una tasa de 1,011 corresponde a un sobrerriesgo del 1% por día de exposición por año en un promedio de cinco años; lo que corresponde, a su vez, a un sobrerriesgo del 20% por 20 días de exposición por año en un promedio de cinco años; lo que, a su vez, corresponde a 100 días de exposición en un período de 5 años. Esto supone un sobrerriesgo bastante elevado, por lo que, a mayor consumo, mayor sobrerriesgo.

Para poner en contexto este sobrerriesgo, según el centro de investigación en cáncer del Reino Unido, el riesgo de padecer linfoma no de Hodgkin para un hombre británico es de 1 de entre 48. Para que este riesgo aumentara a 1 de entre 24, se necesitaría aumentar el consumo de poppers a dos veces por semana durante un período de 5 años.

Por tanto, los autores del artículo concluyen que, en hombres gais y otros HSH mayores de 50 años, un consumo elevado de poppers podría incrementar el riesgo de padecer un cáncer asociado a un virus. Aun así, los autores no pueden afirmar si esto es debido a que esta sustancia favorece la transmisión de dichos virus o promueve el desarrollo de estos canceres por una inmunosupresión. De todas formas, dejan claro que sus resultados sugieren que no hay un aumento del riesgo en estos canceres en aquellos hombres con un elevado número de parejas sexuales o con propensión a padecer infecciones de transmisión sexual, aunque esto pueda suponer mayor exposición a estos virus. Además, consideran que la falta de relación entre el uso elevado de poppers y estos canceres en hombres gais y otros HSH con el VIH es porque el riesgo principal es el hecho de tener el VIH y la contribución del uso de poppers es insignificante.

Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la necesidad de implementar intervenciones dirigidas a promover la salud sexual en el colectivo de hombres gais, bisexuales y otros HSH que incluyan la reducción de daños por el consumo de drogas en un contexto sexual.

Referencia: Dutta A et al. Long-term nitrite inhalant exposure and cancer risk in men who have sex with men: a prospective cohort study. AIDS, advance online publication, 18 Marzo 2017.