Nota: artículo publicado en infosalus.com

Los usuarios de opioides tienen un riesgo significativamente mayor de infecciones lo suficientemente graves como para requerir tratamiento en el hospital, como neumonía y meningitis, en comparación con las personas que no toman opioides. Un estudio del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, publicado este lunes por la revista ‘Annals of Internal Medicine’, descubrió que las personas que usan opioides presentan un riesgo 1,62 veces mayor de enfermedades neumocócicas invasivas.

Las enfermedades neumocócicas invasivas son infecciones graves causadas por la bacteria ‘Streptococcus pneumoniae’, con una mortalidad que oscila entre el 5 y el 20 por ciento. Estas enfermedades invasoras incluyen una variedad de patologías como la meningitis, la bacteriemia y la neumonía invasiva.

«La asociación entre el uso de opiáceos y el riesgo de enfermedades neumocócicas invasivas fue más fuerte para los opiáceos utilizados a altas dosis, aquellos clasificados como de alta potencia y acción prolongada, que serían las formulaciones de liberación prolongada o de liberación controlada«, detalla el autor principal Andrew Wiese, investigador postdoctoral en el Departamento de Política de Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt (VUMC, por sus siglas en inglés).

«También encontramos que los opiáceos previamente descritos como inmunosupresores en estudios experimentales anteriores realizados en animales tenían la relación más fuerte con las enfermedades neumocócicas invasivas en humanos», agrega.

Algunos opiáceos pueden causar inmunopresión

Wiese y sus colegas estudiaron ‘Tennessee Medicaid Data’ para medir la exposición diaria a opiáceos recetados para cada individuo del estudio y combinaron esa información con datos del sistema de vigilancia Active Bacterial Core (ABC), que es un laboratorio de VUMC y un sistema de vigilancia poblacional realizado en asociación con el Departamento de Salud de Tennessee y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para monitorizar las enfermedades infecciosas invasivas en Tennessee.

«Una característica única del estudio es el uso de infecciones confirmadas por laboratorio. Las fuentes de datos nos permitieron reconstruir y comparar la historia de exposiciones a opioides en aquellos sujetos con y sin enfermedades neumocócicas invasivas», apunta el autor principal del estudio, Carlos G. Grijalva, profesor asociado de Políticas de Salud.

El aumento en el uso de opiáceos en Estados Unidos durante los últimos años ha llevado a un mayor interés hacia los efectos adversos bien conocidos y también previamente no reconocidos vinculados con el uso de opiáceos. «Estudios previos realizados en modelos animales habían demostrado que ciertos opiáceos pueden causar inmunosupresión y hacer que los animales experimentales sean susceptibles a las infecciones. Sin embargo, no estaban claras las implicaciones clínicas de esas observaciones en humanos», apunta Grijalva.

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