El consumo gratuito de heroína como si fuera una medicina mejora la salud de los toxicómanos y reduce de tal modo los delitos que cometen para obtenerla que el Gobierno holandés debería dispensarla con receta a los que lleven más de cinco años enganchados a la droga. A esta conclusión ha llegado el grupo de científicos encargado por la Comisión Central para el Tratamiento de los Heroinómanos del mayor ensayo clínico efectuado hasta la fecha sobre los efectos del uso controlado de drogas duras.

Con un coste aproximado de 15.000 euros anuales por persona, Els Borst, ministra de Sanidad, espera que el Parlamento tome una decisión al respecto antes de las elecciones generales de mayo.

La investigación dio comienzo en Holanda en 1998 y en la misma han participado 550 heroinómanos de unos 40 años que llevaban una media de casi dos décadas sujetos a la droga. Los ayuntamientos de Amsterdam, Rotterdam, Utrecht, La Haya, Groningen y Heerlen abrieron durante el ensayo centros especiales para la dispensación diaria de heroína y metadona a consumir en el mismo recinto. Ambas dosis eran anotadas en la documentación personal de cada usuario. La heroína no estaba contaminada ni mezclada con otros productos y podían administrarse hasta 500 miligramos diarios en un año. Las reacciones del grupo de estudio fueron comparadas con otro similar que sólo tomaba metadona. Al cabo de un año, la salud de los primeros había mejorado hasta ponerse a la altura del ciudadano medio.

Si bien los científicos hacen hincapié en las ventajas sanitarias de la dispensación gratuita de heroína, el análisis resalta también la reducción del número de delitos cometidos por el medio millar de voluntarios tratado. En lugar de cometer robos o alterar el orden público en busca de droga al menos 12 veces al mes, los incidentes se redujeron a tres. Sí hubo que afrontar, entre otras cosas, conatos de agresiones a los médicos que proporcionaban la heroína e intentos de sacarla fuera del recinto hospitalario.

La ministra de Sanidad, Els Borst, que estudia ya las recomendaciones del ensayo, ha añadido que cualquier paciente, «incluidos los toxicómanos, tiene derecho a recibir los cuidados que precise para sobrellevar sus problemas».

El que la responsable de Sanidad haya calificado de pacientes a los heroinómanos tiene especial relevancia desde el punto de vista social. Los considera en cierto modo enfermos crónicos. El estudio subraya que la salud de los voluntarios que abandonaron el ensayo a los dos meses, «empeoró de forma radical en un 80% de los casos; este tipo de tratamiento debe prolongarse de por vida», si bien adaptando las dosis a las necesidades de cada momento. Borst espera que el Ejecutivo holandés analice las recomendaciones en los dos próximos meses. El Parlamento podría luego tomar una decisión y modificar la legislación vigente, que no contempla la dispensación gratuita de heroína, antes de las próximas elecciones legislativas de mayo.

Según la propia Comisión para el Tratamiento de Heroinómanos, hay en Holanda 25.000 personas enganchadas a esta droga. Unas 5.000 son mayores de 25 años y llevan más de cinco consumiéndola. Unos 13.000 reciben metadona. El consumo de heroína en el país ronda las 200.000 personas, según el Centro Nacional de Ayuda a los Drogadictos.

Tratar a enfermos

«Para que este proyecto funcione, es necesario que los heroinómanos estén enfermos y hayan intentado desintoxicarse sin éxito. Han debido probar, entre otras cosas, el consumo regular y suficiente de metadona para sus organismos», señala Wim van den Brink, especialista en drogodependencias del hospital de Amsterdam Academisch Medisch Centrum.

Según Jan van Ree, presidente de la Comisión para el Tratamiento de Heroinómanos, los 15.000 euros anuales por persona salen a cuenta: «Es mucho menos que una estancia en el hospital o los gastos de ir a la cárcel». En su opinión, este tipo de adicciones suponen un problema médico y psiquiátrico: «No estamos hablando de legalizar nada, sino de tratar a unos enfermos».