Libro Cannabis, consumo responsable

Con facilidad se admite el discurso del consumo responsable cuando se trata de las drogas como el alcohol o el tabaco, pero se rechaza con firmeza el relacionarlo con las sustancias ilegales sin distinción alguna. Con facilidad acrítica se asume su peligrosidad, simplemente porque están prohibidas. Los medios de comunicación se encargan de resaltar su peligrosidad convirtiendo en noticia sucesos como las intoxicaciones de gente joven por consumo de un pastel de cannabis. Lo que da pie, para que los prohibicionistas refuercen mas su demanda de mano dura ante el consumo de esta sustancia. Y en esta línea parece ir nuestro país, cuando endurece las normas sobre estupefacientes en contra de la tendencia hacia regulaciones menos restrictivas (Pareja, 2014).

Menos mal que por otros lares, se va tomando conciencia de las graves contradicciones de las estrategias represivas y se buscan medidas alternativas a los derechos de las personas. Hasta el presidente de EE.UU. apoya abiertamente una despenalización como la de Colorado, aunque entienda que no es la «panacea» (El País, 19,I,2014). Él mismo reconoce que fumó marihuana de joven y que no lo considera un mal hábito y un vicio muy diferente al de los cigarrillos que fumó durante su juventud «y en gran parte de mi vida adulta. No creo que sea más peligroso que el alcohol», explica Obama en la entrevista. Para el presidente, el principal problema del consumo de cannabis en Estados Unidos son las desproporcionadas penas y la manera en que éstas afectan con más dureza a minorías como la negra y la hispana y a personas de bajos recursos.

Obama va mucho más lejos cuando afirma de forma contundente: «No deberíamos encerrar en la cárcel a jóvenes o individuos por largos períodos de tiempo por consumir (marihuana) cuando los que están escribiendo esas leyes han hecho probablemente lo mismo». No niega, sin embargo, que estamos antes una situación compleja, sobre la que conviene reflexionar.

En nuestro país, hace tiempo que el debate existe y muchas son las propuestas hechas, aunque posiblemente no hayan tenido el impacto social merecido. En un contexto social y políticamente represivo estas aportaciones quedan arrinconadas con facilidad, tanto las relacionadas con el consumo del cannabis como las relativas a la prevención de sus daños y perjuicios.

Por esto, precisamente, me parece de gran interés que aparezcan libros como «Cannabis y consumo responsable. Guía para un uso adecuado» (Martinez, 2014) que ya sorprende, de entrada, por título escogido. No seré yo quien pretenda resolver aquí el sentido el alcance de estos términos, que para eso está el libro con sus aportaciones. No se puede olvidar la complejidad del fenómeno de las drogas, en el que además de unas sustancias, hay unas personas por medio y unas complejas circunstancias físicas y sociales. Precisamente el libro pretende conseguir el uso adecuado, lo que, según los casos y situaciones, puede implicar tanto el “no consumo” como el consumo restringido, cuyo sentido y alcance se explica con detalle a lo largo de sus páginas. Resulta de gran valor, por otra parte, que este trabajo surja de la petición de las propias asociaciones de consumidores, conscientes de los perjuicios que esta sustancia puede producir en las personas tanto de forma directa como indirecta. Conscientes de su responsabilidad, quieren que este mensaje llegue tanto a los miembros de sus clubes como a toda la sociedad, confundida hoy con los mensajes tan contradictorios que llegan a través de los medios de comunicación.

El autor del libro señaló en su presentación que su escrito se dirige a los adultos, sobre todo consumidores, pero también a todas aquellas personas que tengan que ver con la prevención y el tratamiento de esta droga. Iñaki Martínez es psicólogo de profesión con muchos años de trabajo directo con personas consumidoras de cannabis. Sus aportaciones surgen de los talleres de consumo responsable de cannabis, desarrollados con usuarios adultos socios de los clubes sociales de cannabis de Euskadi. Los contenidos, los cuestionarios, los ejercicios y las pautas de trabajo son fruto de la reflexión compartida entre el autor y los consumidores, lo que da un valor añadido a este interesante documento.

Esta guía está dirigida, como señala el propio autor, a los usuarios de cannabis que quieren saber cómo realizar usos responsables, a profesionales que trabajan con usuarios de cannabis, y a personas que por algún interés quieren entender mejor en qué consiste y cómo avanzar hacia el establecimiento de un uso responsable de cannabis. Para unos y otros se ofrecen elementos de reflexión así como pautas de actuación. Se pretende ante todo disminuir los posibles riesgos y daños asociados al consumo inadecuado de cannabis, a través de la promoción de los usos adecuados, seguros y moderados, y la reducción de los usos problemáticos de cannabis. Todo el libro constituye una invitación fundamentada a la reflexión continua, al propio autoanálisis y al cuestionamiento del uso que cada consumidor realice de la sustancia. La excelente presentación del texto, animado con simpáticas y sugerentes imágenes y viñetas, facilitan la lectura activa de esta interesante propuesta.

Cabe también la posibilidad de utilizar este libro como instrumento de trabajo con grupos de consumidores interesados en reflexionar en equipo. Con grupos reducidos, como apunta el autor, se favorece la implicación personal de todos los usuarios participantes. Desde la experiencia del autor, se sugiere el taller con una duración de unas 10 horas de trabajo eminentemente vivencial y práctico, orientado a la reducción de riesgos y daños del consumo del cannabis. Se intentará trabajar con la persona, con sus motivaciones, sus necesidades, sus deseos, sus carencias, su pensamiento, sus mecanismos de defensa, etc. El objetivo es que cada persona, tras la reflexión desarrollada, tome la decisión saludable que más le convenga.

El libro, de todas formas, no vendrá mal para otros profesionales, de forma especial, los que se dedican al trabajo social y la acción educadora, interesados por la cuestión del cannabis. Les facilitará no sólo comprenderla en toda su complejidad sino también entender lo que el consumo del cannabis puede significar para los consumidores y las implicaciones que para ellos puede tener tanto en lo físico, en lo psíquico y lo social, como en lo legal.

Tras el fracaso de la guerra a las drogas reconocida hasta por el propio Obama y el extendido consumo del cannabis, sobre todo entre la población más joven, no consciente de los posibles daños de esta sustancia, es necesario como nunca analizar sin prejuicios la cuestión del cannabis y poner en marcha medidas más coherentes con la realidad del “problema”. Habrá que revisar las leyes, analizar con seriedad el consumo de esta sustancia entre la población más joven y los factores que lo condicionan, asumir pautas de actuación tanto entre los profesionales como en las propias familias, comprometer a los centros y servicios educativos en una educación seria (Vega, 2003) e implicar a los propios consumidores en la reflexión sobre propia responsabilidad. Todas las personas, mayores y menores, necesitamos criterios claros, normas prácticas y recursos útiles para actuar con responsabilidad en todo lo relacionado con esta sustancia psicoactiva, que siempre será perjudicial si no se utiliza de la forma adecuada. No hay que olvidar, por otra parte, que existen grupos de alto riesgo como las mujeres embarazadas, los adolescentes, las personas con trastornos psicológicos-psiquiátricos, las personas con dificultades respiratorios y las que tienen problemas del corazón.

Hay que reconocer con el autor que todo consumo de cannabis conlleva riesgos. Por esta razón, aquellas personas que eligen seguir consumiendo, deben tener suficiente información para racionalizar y planificar sus consumos, reduciendo o eliminando en la medida de lo posible, los posibles riesgos y daños derivados de los usos inadecuados. Es necesario llegar al uso responsable de cannabis.

Firmado: Amando Vega Fuente

Referencias bibliográficas

  • Martínez, I. (2014). Cannabis y consumo responsable. Guía para un uso adecuado. San Sebastián, Orain.
  • Pareja, P. (2014). Mano dura para la droga blanda. España endurece las normas sobre estupefacientes en contra de la tendencia hacia regulaciones menos restrictivas. El País, 2 enero, 2014.
  • Vega, A. (2003). Cannabis en las escuelas: recursos para la acción educativa. Revista Española de Drogodependencias, 30, 1-2, 2005, pp. 159-189.