El médico enfermo Adicto, se podría definir como aquel médico cuya actividad profesional puede ser afectada negativamente por problemas psiquiátricos, adictivos o los dos (la denominada patología dual).

Se han identificado muchos factores de riesgo de aparición de trastornos mentales y de abuso de drogas, como pueden ser, entre otros: la disponibilidad para acceder a psicofármacos, la pérdida de protagonismo del médico en la toma de decisiones de la organización sanitaria, la existencia de una relación complicada con el paciente, que posee unas mayores expectativas y mayores exigencias, los pacientes agresivos, los enfermos difíciles que generan un fuerte desgaste emocional, la sobrecarga laboral. Estos factores han agravado las condiciones laborales y han provocado unos niveles muy altos de estrés y una insatisfacción. Asimismo, han descrito algunos rasgos de la personalidad como pueden ser la pasividad, la dependencia, la inseguridad y el pesimismo que podrían comportar una especial vulnerabilidad psicológica.

Realmente no se conoce la prevalencia real de los trastornos mentales y de abuso entre los médicos pero, probablemente, no difiera mucho de los de la población general que se sitúa entre el 12 y el 15% de la población mayor de 18 años.

Teniendo en cuenta el estudio de la prevalencia de enfermedades mentales, el ECA (Epidemiological Catchement Area), realizado en los EEUU en los años sesenta, señalaque hay una prevalencia de vida de 13,5% respecto a los trastornos con el alcohol y, una prevalencia de vida de abuso y dependencia de drogas del 6,2%. Si se extrapolan estos datos al colectivo de médicos españoles, habría que estimar en vente mil, los médicos que tendrían problemas con el alcohol durante su vida y, cerca de cien mil, que padecerían un abuso a drogas.

La detección de los médicos enfermos de adicción está retrasada por diversas razones relacionadas con el proprio médico, la familia y el ámbito profesional. Por ejemplo, la actitud negadora y autosuficiente del médico, su temor a la estigmatización, a la pérdida de credibilidad y reputación consecuente son unos factores que agravan la detección. La familia que no sabe cómo actuar y dónde pedir ayuda provoca el progresivo deterioro de la relación familiar. La actitud del ámbito profesional siempre pasa por las siguientes fases: ignorancia del problema, incomodidad causada por la enfermedad del médico compañero, pacto de silencio y actuación incorrecta – aparecen errores y negligencias por el enfermo, conflictos con sus compañeros o con los usuarios hasta que al final el médico se aparta de sus funciones con el fin de evitar mala praxis. Por ello, la detección precoz tiene una gran importancia no sólo como una manera de evitar las consecuencias en la salud del médico enfermo, sino como prevención de consecuencias para sus pacientes.

El manejo del médico enfermo requiere un abordaje multimodal que incluye aspectos biológicos, conductuales y sociales. Por este motivo se han desarrollado los programas cognitivo-conductuales. Existen tres modelos de intervención: el entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento, la prevención de recaídas (PR) y la terapia conductual familiar y de pareja.

El objetivo principal del entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento es enseñar al médico enfermo habilidades de afrontamiento y autocontrol para manejar el deseo intenso de tomar, producido por las situaciones de riesgo, tal como habilidades interpersonales, expresión de emociones, entrenamiento en solución de problemas, afrontamiento de estados cognitivo-emocionales y afrontamiento de eventos vitales estresantes.

Este modelo ha demostrado una alta eficacia y una superioridad a otros tratamientos. Además, incrementa la eficacia de otras intervenciones cuando forma parte de programas más amplios.

El modelo de prevención de recaídas (PR) contiene tres elementos básicos: las estrategias de entrenamiento en habilidades, procedimientos de reestructuración cognitiva y estrategias de reequilibrio del estilo de vida. Los procedimientos de reestructuración cognitiva proporcionan al médico enfermo pensamientos alternativos y estrategias de imaginación para detectar situaciones de riesgo. Las estrategias de reequilibrio del estilo de vida, como la relajación y el ejercicio físico, incrementan las actividades alternativas al consumo.

La terapia conductual familiar consiste en la capacitación de habilidades de comunicación y la inclusión del reforzamiento positivo en las relaciones familiares. La mayoría de los estudios muestran que las técnicas orientadas al mejorar las relaciones familiares tienes una importancia crítica en los programas de tratamiento de alcoholismo.

Por su gran eficacia, la terapia cognitivo-conductual es la base del tratamiento en nuestra Clínica especializada en trastornos adictivos, HELP Adicciones.

Se puede concluir que los médicos tienen las mismas posibilidades de padecer enfermedades mentales que la población general, pero su actitud de negación y ocultación provoca el retraso de la detección de la enfermedad y aumenta el riesgo de mala praxis, lo que obliga al colegio médico a intervenir. La existencia de programas asistenciales, como la del Centro Help, permite evitar las consecuencias negativas de la enfermedad mental de los profesionales y ha demostrado una alta eficacia y capacidad rehabilitadora.

Tratamiento especializado. Jose Manuel Torres Garcia. Clínica de desintoxicación. Expertos en drogodependencias.

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