Volvemos a estar inmersos en una epidemia periodística sobre la «burundanga«, y digo «periodística» porque sólo parece existir para la prensa y apenas se corresponde con realidades objetivas: A la inmensa leyenda urbana que ya rodea a la “burundanga”, ahora se suma la publicación de diversas informaciones más o menos contrastadas en medios de comunicación de gran alcance en las últimas semanas, unido a la difusión de las conversaciones de whatsapp de los 5 acusados de violación en San Fermín en las que mencionan la idea de utilizar burundanga, aunque todo parecería indicar que el supuesto uso de esta sustancia es más una fanfarronada de sus actos que una realidad.

Esta epidemia de des-información “burundanguera” no es la primera ni será la última:

Dentro del peligroso mundo de los camellos de la Burundanga

Mi noche de burundanga

La burundanga, la nueva arma de los ladrones en España

Burundanga, la droga que anula la voluntad y no es una leyenda

Burundanga, Droga Letal que llega a España

Prenda y sus amigos en un chat: burundanga para Pamplona y «f*** a una buena gorda»

Violación en San Fermín – Burundanga: víctimas que no recuerdan nada

El chat del Prenda y sus amigos tras el abuso en Pozoblanco: «Es otro caso Marta del Castillo jajaja»

Los acusados por la violación múltiple en sanfermines querían llevar burundanga a Pamplona

Burundanga: el drama legal de no ser creído

Este tipo de noticias en las que se habla de “anulación de la voluntad”, “nueva moda criminal”, “uso creciente”, “nueva droga”, etc. tienden a mezclar algunos datos que pueden ser ciertos con un montón de suposiciones y mitos que ya se han confirmado falsos. Por ello, con objeto de evitar que esto se convierta en una nueva «profecía autocumplida» del periodismo, hay una serie de puntos que sería importante discutir brevemente:

Primero, si bien es cierto que recientemente se ha confirmado el primer caso de intoxicación con escopolamina (el principio activo de la «Burundanga») en España [1], no fue con fines de anulación de la voluntad sino para hacer daño, como se podría usar cualquier toxina, que siendo una agresión muy condenable, no deja de ser algo aislado que no tiene por qué estar enmarcado en un creciente uso de esta sustancia en casos de sumisión química o anulación de la voluntad en España.

Como declaraba el Dr. Bernardino Barceló, jefe de la Unidad de toxicología de Son Espases, a El País[1] hace unas semanas: “No tenemos constancia de ningún otro caso como este en la literatura científica”, y de la misma opinión es el Dr. Santiago Nogué, jefe de Toxicología clínica en el Hospital Clínico de Barcelona, centro de referencia en España para casos de agresión sexual: «En nuestro hospital hemos analizado 500 víctimas de una agresión sexual de este tipo y no hemos encontrado escopolamina en ninguna, esto no es ni mucho menos una epidemia«, añadiendo, «Los datos disponibles no confirman que hayan aumentado los casos. Todo caso de supuesta agresión sexual en Barcelona es derivado a este hospital», explicaba Nogué, «El número de personas en las que encontramos drogas u otras sustancias se mantiene estable, pero sí ha crecido el número de pacientes que dicen haber sido víctimas de la sumisión química, parece haber más concienciación de que puede existir, pero el porcentaje de personas en las que encontramos esas sustancias es la misma, no hay un rebrote real».

Además, como ya comentaba el Dr. Fernado Caudevilla en un artículo reciente [2], si fuese cierto que esa sustancia esta tan unida al crimen y en auge, debería encontrarse con frecuencia en las redadas policiales, cosa que no es así.

Segundo, cabe considerar que el hecho de que una víctima declare que cree que se le ha administrado «burundanga» no quiere decir en absoluto que sea eso lo que haya pasado, ni que ésta sea el único «arma» de sumisión química en el arsenal delictivo, como confirman los estudios científicos toxicológicos realizados sobre estas víctimas [3,4]: el propio alcohol y sustancias comunes como las benzodiacepinas o en cannabis (o en menor medida el GHB/GBL) suelen ser las principales herramientas de sumisión química. Éste es un extracto de las conclusiones de un amplio estudio científico en víctimas de sumisión química en España [5]: «El análisis toxicológico ha sido positivo en el 87,9% de los casos, y las sustancias identificadas han sido etanol [alcohol] (61,7%), fármacos (40,2%, fundamentalmente benzodiacepinas) y drogas ilícitas (27,1%, fundamentalmente cocaína), solas o en combinación.», «las sustancias detectadas, lícitas e ilícitas, pertenecen a un patrón de consumo frecuente en nuestra sociedad«.

Personalmente, dudo mucho que el público general sea capaz de reconocer y diferenciar una intoxicación en primera personas por escopolamina frente a otras muchas sustancias más habituales que también pueden ser utilizados para facilitar delitos, ya que la confusión, la amnesia o la debilidad física pueden ser producidas por muchas sustancias y situaciones diversas, pero está claro que si los medios de comunicación se empeñan en dar veracidad a cualquier sospecha, es muy probable que al final todo sea «burundanga».

Tercero, no es cierto que sea una intoxicación indetectable en análisis toxicológicos posteriores. Actualmente, es posible la detección de la escopolamina con buena precisión hasta más de tres semanas después de su ingestión [6], usando análisis capilares que ya se utilizan para otros muchos procesos judiciales. El caso recientemente detectado en España [1] es un buen ejemplo de ello.

Cuarto, conviene recordar que la «burundanga» no es nada nuevo ni exótico, la escopolamina abunda en la naturaleza en Europa desde la prehistoria, y sus fuentes vegetales son muy fáciles de encontrar en un simple paseo campestre, llevamos milenios conviviendo con ellas [7]: Si tuviesen un uso tan efectivo para el crimen como claman estos artículos, ya llevaríamos sufriéndolo dese hace siglos, pues ya se ha usado en medicina (a bajas dosis), en rituales chamánicos y como veneno, y aunque se haya intentado usar para facilitar la sumisión química, el supuesto poder anulador de la voluntad de la escopolamina no aparece: La CIA estudió el uso de ésta y de una versión sintética potenciada (llamada «BZ») dentro del programa MK ULTRA en los años 50, pero concluyeron que de poco les servía, y lo abandonaron. Al fin y al cabo, se trata de un agente delirógeno muy tóxico y de efectos imprevisibles, con poder de crear mucha confusión, fiebre, taquicardias, arritmias, insuficiencia respiratoria, convulsiones, depresión del SNC, incomunicación y fuertes delirios [8], siendo muy difícil controlar a un sujeto en esas condiciones y muy fácil que la intoxicación le resulte excesiva y potencialmente mortal.

Los relatos de personas que han ingerido plantas con escopolamina [9] y de quienes les acompañaban, distan mucho de describir efectos que fuesen «deseables» para una sumisión química delictiva, pues los sujetos tienden más bien hacia el delirio, la incomunicación y el descontrol. Justo Giner, doctor en Química por la Universidad de Oviedo, declaraba a Broadly [10] «Por suerte para nosotros en ningún caso se trata de una herramienta mágica para todo tipo de actos delictivos como se ha llegado a plantear desde algunos medios«.

También cabe mencionar que si atendemos exclusivamente a su farmacocinética, hablamos de una sustancia que tarda en hacer un efecto notable entre 30 y 60 minutos, lo que resulta del todo incongruente con los relatos de asaltos callejeros. Resaltaba para El País [1] el Dr. Santiago Nogué, jefe de Toxicología clínica en el Hospital Clínico de Barcelona que «La posibilidad de que se pueda anular la conciencia y la memoria soplando burundanga en la cara, “con un libro impregnado, o un abrazo, es una mentira absoluta”. Algo que también apoyaba el Dr. Fernando Caudevilla en diversos artículos sobre la burundanga [2,11,12].

Quinto, asumiendo que el delincuente es el único responsable del delito, a la hora de analizar y prevenir mejor la administración de sustancias con potencial de aprovechamiento delictivo, deberíamos establecer una diferenciación entre la administración delictiva directa de sustancias con fines de sumisión química o agresión («echar algo en la copa”) y el aprovechamiento oportunista delictivo de intoxicaciones lúdicas voluntarias con alcohol u otras drogas como un estado facilitador para cometer delitos. Son mucho más habituales pero menos mediáticos (y hay menos concienciación) los casos de aprovechamiento oportunista delictivo de intoxicaciones lúdicas voluntarias con alcohol u otras drogas, que los casos de administración delictiva directa de sustancias con dichos fines. Aunque el delincuente siempre es el único responsable del delito, a efectos de prevención y epidemiología delictiva no debería ser lo mismo que un delincuente drogue a sus víctimas, que un delincuente que se aproveche del estado de embriaguez voluntario de sus víctimas, hablamos de riesgos diferentes con incidencias diferentes, y en términos de prevención probablemente sea más útil incidir en promocionar una mayor responsabilidad personal en el consumo de alcohol o cualquier otra droga, que concentrarnos exclusivamente en si hay algo más que alcohol en esas (a veces demasiadas) copas.

En conclusión, creo que hay que estar alerta ante estos riesgos, parece que la anulación de la voluntad de momento es sólo un mito, pero la sumisión química es una realidad aunque nos equivocamos en la magnitud del fenómeno, en su potencialidad y en sus principales sustancias culpables, por lo que no conviene generar excesiva alarma social ni poner el foco erróneamente sobre una sustancia y «modus operandi» que a día de hoy no existe en España más allá de algunos casos (de momento) aislados, y son los artículos tan sobredimensionados, sensacionalistas y alarmantes como éstos los que pueden llegar a provocarla e incluso dar ideas a los potenciales asaltantes. Desde luego el mensaje está calando demasiado hondo en la cultura popular, pero hay que desmitificarlo, no es verdad que «anule la voluntad», ni que haya habido «un aumento en su uso» ni que cada vez «sean más los casos confirmados», sus incidencias reales confirmadas siguen siendo anecdóticas.

Recordemos que la principal droga de sumisión química sigue siendo el alcohol y solemos beberlo voluntariamente.

La prensa tiende a pintar a la burundanga como la droga perfecta para el delito, y aunque todo parece indicar que no es así, ya lo decía aquel viejo eslogan periodístico:

«Nunca dejes que la verdad arruine una buena historia»

BIBLIOGRAFIA

1. Dominguez N. Primer caso confirmado de sumisión con burundanga en España. EL PAÍS [Internet]. 2016 Sep 21 [cited 2016 Oct 13]; Available from: http://elpais.com/elpais/2016/09/20/ciencia/1474373883_897730.html

2. Caudevilla F. Burundanga [Internet]. 2015 [cited 2016 Oct 13]. Available from: http://www.cannabis.es/web/features/articulos/224-burundanga

3. Xifró-Collsamata A, Pujol-Robinat A, Barbería-Marcalain E, Arroyo-Fernández A, Bertomeu-Ruiz A, Montero-Núñez F, et al. A prospective study of drug-facilitated sexual assault in Barcelona. Med. Clínica Engl. Ed. 2015;144:403–9.

4. FSC. Informe [email protected]
//
2014/2015 [Internet]. Fund. Salud Comunidad. 2015 [cited 2016 Oct 13]. Available from: https://www.fsyc.org/proyectos/observatorio-sobre-abusos-sexuales-y-consumo-de-drogas-en-contextos-de-ocio-nocturno/

5. García-Caballero C, Cruz-Landeira A, Quintela-Jorge Ó. Sumisión química en casos de presuntos delitos contra la libertad sexual analizados en el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Departamento de Madrid) durante los años 2010, 2011 y 2012. Rev. Esp. Med. Leg. 2014;40:11–8.

6. Kintz P, Villain M, Barguil Y, Charlot J-Y, Cirimele V. Testing for atropine and scopolamine in hair by LC-MS-MS after Datura inoxia abuse. J. Anal. Toxicol. 2006;30:454–7.

7. Escohotado A. Historia general de las drogas. Arch. Cuad. Crítica Cult. [Internet]. 1999 [cited 2016 Oct 11]; Available from: http://europa.sim.ucm.es/compludoc/AA?articuloId=65938

8. Safer DJ, Allen RP. The central effects of scopolamine in man. Biol. Psychiatry. 1971;3:347–55.

9. Erowid. Erowid Experience Vaults: Datura (also Jimson Weed, Thorn Apple) Main Index [Internet]. [cited 2016 Oct 13]. Available from: https://www.erowid.org/experiences/subs/exp_Datura.shtml

10. Pacheco A. La burundanga no es lo que te han contado. Broadly [Internet]. 2016 Sep 29 [cited 2016 Oct 13]; Available from: https://broadly.vice.com/es/article/burundanga-droga-sumision-quimica

11. Caudevilla F. Burundanga:¿ la droga que anula la voluntad? [Internet]. 2013 [cited 2016 Oct 13]. Available from: http://doctorcaudevilla.com/index.php/las-sustancias/108-burundanga-la-droga-que-anula-la-voluntad

12. Caudevilla F. Burundanga:¿ la droga que anula la voluntad? [Internet]. 2013 [cited 2016 Oct 13]. Available from: http://doctorcaudevilla.com/index.php/las-sustancias/108-burundanga-la-droga-que-anula-la-voluntad?start=1