El Servicio Galego de Saúde (Sergas) asegura que atendió «satisfactoriamente» la demanda de servicios sanitarios registrada el pasado fin de semana en Vilagarcía, cuando las urgencias médicas se dispararon antes, durante y después de la Festa da Auga. Y los profesionales consultados apostillan que han tenido que atender a decenas de jóvenes no solo con heridas «de guerra» a causa de las peleas -entre ellas un apuñalado-, sino también visiblemente afectados por el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol.
Desde el Sergas precisan que el sábado fueron 146 las asistencias prestadas en el hospital, aunque no las detallan, y por tanto no todas ellas están relacionadas con la celebración de San Roque.
En este sentido, abundando en lo ya avanzado a FARO el propio sábado, los servicios médicos explicaban ayer que «las drogas de diseño son cada vez más habituales en botellones y macrofiestas», de ahí que en Urgencias del Hospital de O Salnés también se experimentara «un sensible aumento de casos durante la noche del viernes y, sobre todo, la madrugada, la mañana y la tarde del sábado».
Lo peor, inciden, es «cuando algunos chicos -parece que a partir de los 16 o 18 años empiezan a verse casos- mezclan drogas de diseño con alcohol y consumen hasta quedar inconscientes; y más grave resulta aún en una fiesta como la del agua, ya que algunos afectados por las drogas y el alcohol se mojaron y después quedaron tirados en la calle hasta enfriar por completo», de ahí que se atendiera a algunos pacientes «con claros síntomas de hipotermia».
Descontrolados
Las fuentes consultadas explican que «en las atenciones médicas de urgencia realizadas el sábado se vio claramente que la metaanfetamina, el cristal y el cuarzo fueron las drogas más utilizadas por los jóvenes, incluso por delante de la cocaína y relegando a un segundo plano al cannabis».
Es lo que suele suceder, cada vez más, «en los festivales electrónicos y maratones donde muchos empiezan a beber y consumir drogas el viernes por la tarde-noche y no paran hasta el domingo».
En el caso de Vilagarcía y la Festa da Auga esto se hizo notar sobre todo en los botellones de la playa y los parques, «de ahí que aumentara tanto el número de atenciones hospitalarias» y se constatara que había un gran número de pacientes que «habían mezclado drogas de diseño y alcohol».
Ante estas situaciones, «con chicos que están durante 24 o 48 horas sin comer ni dormir, solo consumiendo drogas y alcohol», todo resulta mucho más complejo, pues «se vuelven tan agresivos que muchos estaban absolutamente descontrolados».
El goteo de atenciones, añaden los servicios médicos, fue constante durante la madrugada y continuó por la mañana, «siendo especialmente llamativos los casos de coma etílico, los de esos chicos que habían mezclado alcohol y estupefacientes y los traumatismos craneoencefálicos y de otros tipos que se produjeron a raíz de diversas peleas, la más grave con resultado de un acuchillado»; un vecino de Vilagarcía de 20 años que fue dado de alta horas después, como ya se explicó el domingo.
Todo esto quiere decir que el ajetreo en el hospital fue total, a pesar de lo cual, insiste el Sergas, «tuvo una media diaria de 23 camas libres, lo que demuestra su amplia disponibilidad y una gestión adecuada de las infraestructuras hospitalarias».