Un grave problema social de difícil solución. A falta de estadísticas oficiales se puede calcular, según datos elaborados por este diario, que en la comarca de Avilés existen unas 1.600 personas alcohólicas y sólo el 10% se somete a un tratamiento en un centro de Salud Mental para conseguir su recuperación.
Un total de 179 pacientes afectados por el consumo de alcohol fueron atendidos en el año 2001, a falta de datos correspondientes a 2002, en los centros sanitarios del Área Sanitaria III cuya cabecera es Avilés, según datos facilitados por el jefe del servicio de Salud Mental del Área Sanitaria III, Enrique Peñuelas.
Expertos como José Ignacio de Arana, pediatra y profesor de la Universidad Complutense, además de autor del libro «El alcohol, un amigo de cuidado», considera que el uno por ciento de la población se emborracha a diario y tiene serios problemas a causa de la bebida. Si se toma en cuenta dicha proporción se puede cifrar en 1.600 el número de alcohólicos en la comarca, ya que la población del Área Sanitaria III es de unos 160.000 habitantes.
Enfermedad
El alcoholismo está considerado una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su gravedad la recuerda José Ignacio de Arana, en el libro del que es autor, afirmando que el alcohol es responsable del 46% de los homicidios, del 40% de los accidentes de tráfico y del 25% de los suicidios consumados o en grado de tentativa.
Por otro lado, el experto alerta del aumento del consumo de bebidas alcohólicas por las mujeres, a pesar de que el perfil del bebedor es de un varón con edades comprendidas entre los 19 y los 28 años. La causa de que aumente el número de mujeres que se hacen adictas al alcohol se debe a la liberación de ciertos tabúes, a su ingreso al mercado laboral y al estrés de la vida adulta. De todas formas, los últimos estudios al respecto apuntan que las mujeres se inician de una forma más tardía en el consumo del alcohol que el varón, beben en soledad y tienen un mayor sentido de culpabilidad. Los médicos están detectando el nacimiento de bebés que nacen con el denominado síndrome alcohólico fetal, a causa de la adicción a la bebida de las madres.
El problema del alcoholismo no es nuevo y una organización tan conocida como Alcohólicos Anónimos (AA) viene bregando, desde 1935, para encontrar una solución al problema. Este organismo acaba de cumplir los 35 años desde su fundación en Avilés.
Por otra parte, el año pasado se celebraron los 50 años de vida de los grupos de familia Al-Anon, una entidad que funciona en la ciudad desde hace 26 años. En Avilés se creó hace unos años un grupo juvenil, a partir de los 12 años, denominado Alateen, que luego desapareció, aunque hay intenciones de que vuelva a funcionar nuevamente. El alcohol sigue siendo una preocupación, en muchos casos, no solamente para los alcohólicos sino también para sus familiares.
Los grupos que se forman en el seno de estas organizaciones constituyen una hermandad de alcohólicos que comparten sus experiencias, convencidos de que un cambio de actitud puede ayudar a la recuperación. Sus integrantes no están aliados con ninguna secta, religión, partido político, organización ni institución, por lo que no toman parte en controversias; no apoyan ni combaten ninguna causa. Los grupos se mantienen con sus propias contribuciones, por lo que no aceptan ningún tipo de subvención o cualquier tipo de ayuda económica. Por otra parte, más del 50% de los delincuentes juveniles proceden de familias alcohólicas y en más del 50% de los casos de divorcios en Estados Unidos el exceso de bebida se menciona como un factor principal, de acuerdo a Alcohólicos Anónimos. La entidad sólo busca ayudar a las personas que tienen problemas con el alcohol. Es una entidad anónima y los miembros sólo usan su nombre de pila. Todo lo que se dice en las reuniones de los grupos es estrictamente confidencial. Se comparte no sólo experiencia en estas reuniones, ya que también se transmite fortaleza y esperanza.
El alcoholismo es una enfermedad que afecta también a las relaciones familiares. Esposos, hijos, hermanos y padres de las personas adictas al consumo de bebidas alcohólicas desarrollan incluso una variedad de desórdenes relacionados con la tensión y el estrés como son la colitis, úlcera, migrañas, depresión y hasta obesidad.
Es frecuente que la familia y los amigos de las personas alcohólicas puedan negar que un ser querido tenga problemas con la bebida. Las personas afectadas por el consumo del alcohol encuentran apoyo emocional y comprensión de sus familiares, afirma Vicente Madoz, médico psiquiatra de la Fundación Argibide de Pamplona. El amor familiar se va contaminando por las reacciones del enfermo alcohólico, aseguró el psiquiatra, por sus reacciones espontáneas de agresividad y hastío.
Los alcohólicos necesitan apoyo y confianza, a veces no pueden salir solos del escollo. Superar el problema del alcoholismo nunca resulta fácil.