Entre las 324 personas con problemas de adicción a las drogas que pasaron el año pasado por el programa Aldatu de Proyecto Hombre, 4 más que en el 2007 y 35 más que en el 2006, el 25% lo integraban mujeres con problemas con el alcohol en su mayoría.

Jesús María Terradillos, director del programa, explica que han tenido que adaptarse a las circunstancias. «No es que haya aumentado el número de mujeres en Proyecto Hombre por su adicción al alcohol», dice, «lo que sucede es que nos hemos visto obligados a un proceso de reformulación. Hemos diseñado unos grupos específicos de intervención de ayuda para lograr una mayor sensibilización. Hasta el año pasado les costaba venir porque los tratamientos se crearon en su día para hombres», aclara Terradillos.

La media: 38 años

En 2002 nació Aldatu dentro de la Fundación Proyecto Hombre. Ese año, el programa acogió a 82 personas por problemas derivados de las drogas. «El 39% llamaban por primera vez a la puerta del centro», afirma Terradillos, «en el 2008 se ha mantenido el porcentaje», puntualiza.

La mayoría proceden de Pamplona y de la comarca. Aunque la media es de 38 años, sus edades varían entre los 19 y los 65 años», explica. El 78,6% de los afectados vivían solteros, separados o viudos y sólo el 21,4% estaban casados. La edad media era de 38 años. El 61 % se encontraban en una situación laboralmente activa y el 27% en desempleo. «En la práctica totalidad no proceden de ambientes marginales ni desestructurados», detalla Terradillos. En 36 casos, el 8,3% del total, se han detectado características clínicas que han precisado de una evaluación psicopatológica más precisa. «De estas 36 personas, 14 poseían algún tipo de trastorno de personalidad. Las consecuencias más comunes han sido por alteraciones del estado de ánimo y ansiedad».

El 44% de los 180 pacientes ingresados en la Fundación acudió al tratamiento por adicción a la cocaína y el 40% por alcohol. La ingesta habitual de cocaína sigue manteniendo los porcentajes de años anteriores: un 83% por la nariz, un 11% fumada, y un 6% inyectada. Terradillos insiste en que «aunque en el mayor de los casos se llama a la puerta de la Fundación por la adicción de una sustancia concreta, lo normal es que se tomen varios estimulantes simultáneamente. Se ha detectado una fuerte relación entre el consumo de la cocaína y el alcohol». Los consumidores de alcohol, cannabis y heroína mantienen un patrón de consumo diario de entre 4 y 7 días a la semana. El de cocaína combina varios patrones, bien, a diario, o el fin de semana. Los que ingieren anfetaminas lo hacen de manera más irregular.

Los referentes que impulsan a las personas enfermas a acudir a este tratamiento ambulatorio procede principalmente de los familiares y amigos (27%), Osasunbidea (21%) y otros servicios de drogo dependencias. Un 19% viene de la Comunidad Terapéutica y el 17% de los usuarios lo hacen por iniciativa propia. Todas estas categorías constituyen el 83 % del total de los ingreso del 2008.

En relación con los antecedentes familiares de problemas psiquiátricas y de abuso de drogas, las diferencias entre hombres y mujeres son significativas. Existe un porcentaje mayor de hombres con antecedentes de familiares en la ingesta de alcohol. En el caso de las mujeres, aparecen precedentes psiquiátricos en un 66% de los casos y de abuso de drogas en un 42%. Según Jesús Mari Terradillos, las familias conforman un apoyo fundamental durante cualquiera de los procesos de atención en Proyecto Hombre. El 74% colabora positivamente en la recuperación de sus familiares. «No hemos detectado diferencias de género en el apoyo familiar», aclara.

Proyecto Hombre también alberga un segundo programa de orientación y ayuda a familiares y adolescentes llamado Suspertu. El objetivo es prevenir, informar y ayudar a las familias y adolescentes en situación de riesgo. Durante el 2008, Suspertu ha experimentado una fuerte demanda de atención. Atendieron a 107 adolescentes, de los que 102 tuvieron que ingresar en el centro por problemas con las drogas: el 82% varones y el 17 mujeres. La edad media entre los adolescentes acogidos era de 16 años, uno menos que en el 2007. El mayor motivo de ingreso fue en un 86.85% por drogas en un 54% por problemas familiares y un 23% por fracaso escolar. Alfonso Arteaga Olleta, director de este programa, asegura que esta subida se debe a una importante campaña de concienciación que se ha impulsado desde Proyecto Hombre, y que se consolidó en abril en la Universidad Pública de Navarra con las jornadas sobre conductas de riesgo en adolescentes y en a las que acudieron 450 personas. «Continúa la tendencia de los últimos años de una menor severidad en el consumo de sustancias pero se consolida el consumo de drogas legales y cannabis. Otros tipos de estimulantes tienen una incidencia menor respecto a otros años», detalla Arteaga. En cuanto a las familias, advierte de que los padres están perdiendo el miedo a recibir información en Proyecto Hombre ante una posible situación de riesgo para sus hijos. «Si detectan alguna conducta extraña en el colegio o en casa, vienen al centro para que les orientemos. Muchos de ellos tan solo quieren prevenir. No saben dónde se mueven. El motivo principal por el que los padres ingresan a sus hijos es por la preocupación de que estén tomando drogas», indica Arteaga.