Redacción-

Los servicios de análisis de drogas en espacios de ocio combinan el análisis químico con comunicaciones de reducción de daños. Los análisis de drogas permiten detectar adulterantes con potencial de riesgo, descubrir sustancias que han sido vendidas como otras cosas y la concentración de los principios activos. La efectividad  de estos servicios debe medirse no solo por la reducción de muertes por consumo de drogas, sino también, por comunicaciones exitosas que mejoren la gestión de riesgos y aumenten las prácticas de reducción de daños.

Por ello, el estudio que comentamos en este artículo, hace un análisis de como se han modificado las pautas de consumo en las personas atendidas en puntos de análisis de drogas en festivales de música del Reino Unido. Y por primera vez, con una segunda encuesta tres meses después de la primera, para  hacer un seguimiento de los resultados. El artículo científico que recoge los resultados del estudio se ha publicado en Science Direct bajo el nombre Intentions, actions and outcomes: A follow up survey on harm reduction practices after using an English festival drug checking service [Intenciones, acciones y resultados: una encuesta de seguimiento sobre las prácticas de reducción de daños después de utilizar un servicio de análisis de drogas en festivales ingleses] de la mano de las investigadoras Fiona Measham y Gavin Turnbull.

Para el estudio hicieron una encuesta de valoración a las personas que se acercaban al servicio para analizar sus drogas después de recibir los resultados del servicio de análisis. La encuesta se realizó en tres festivales de música que tuvieron lugar en Inglaterra durante el 2017 y también se realizó una segunda encuesta tres meses después a modo de seguimiento. El 64% de los encuestados, fueron hombres, el 86,4% identificados como blancos y con una edad media de 23,5 años.

La obtención de encuestas en el festival permitió acceder a un perfil de consumidores diferente al que se acerca a los centros de reducción de daños. Solo el 3.6% de las personas encuestadas habían obtenido información previa en un servicio especializado en drogas. Las investigaciones anteriores indican que los asistentes a festivales de música tienen una mayor prevalencia de consumo de drogas que la población en general. El perfil de los consumidores de drogas en los festivales también suele ser más esporádico y recreativo, aunque más intenso, que el de las personas que consumen drogas fuera de estos espacios.

Los resultados del análisis de las drogas en los 3 festivales dejaron los siguientes resultados: el 77,3% (n = 1146) de las muestras se identificaron como la sustancia esperada,  el 10,7%  de las muestras eran sustancias distintas de las que pensaban y el 11.9 % no tenía expectativas sobre el contenido de la muestra, por habérsela encontrado o ser un regalo. Las sustancias mal vendidas incluían agentes cortantes como benzocaína mal vendida como cocaína, nuevas sustancias psicoactivas como N-etilpentilona mal vendida como MDMA, sustancias no psicoactivas como azúcar moreno mal vendido como MDMA y sal mal vendida como ketamina. Las autoras del estudio aseguran que «al proporcionar información sobre la pureza y ​​el contenido de una muestra, los servicios de análisis de drogas, crean una oportunidad adicional para brindar consejos personalizados sobre la dosis».

Algunos de los resultados:

  • Más de la mitad de las personas encuestadas que obtuvieron resultados diferentes al esperado, manifestaron la intención de deshacerse de la sustancia.
  • Uno de cada cinco usuarios que analizaron drogas y el resultado no fue el esperado entregó más sustancias para su análisis.
  • Casi un tercio de las personas que utilizaron el servicio de análisis fue porque habían tenido una mala experiencia con la sustancia.
  • El 59,4% de los usuarios que descubrieron que la droga analizada era más potente de lo que esperaban, tomó una dosis más baja.
  • Aproximadamente, 1 de cada 10 usuarios cuya muestra se identificó como diferente a la esperada, comunicaron los resultados a la persona que se la suministro.
  • Una cuarta parte de todas las personas encuestadas manifestaron que informarían a sus amigos y conocidos de los resultados, independientemente de si habían obtenido el resultado esperado o no.
  • También, una de cada 40 personas que la sustancia analizada resulto ser la que esperaban, volvieron a la misma persona que les suministro para obtener más.

Un dato interesante del estudio, es que no hubo diferencias significativas entre las encuestas realizadas en el festival y los resultados del grupo de seguimiento. También, que todas las respuestas tenían una relación directa con el resultado del análisis, a excepción de la de informar de los resultados a los amigos, que se mostraba igualmente alta tanto si el resultado era el esperado como si no.

Las investigadoras, también concluyen que los cambios de conducta eran mucho más probables cuando la persona encuestada era menor de 20 años, demostrando así, que el análisis de drogas puede tener un impacto mayor en los usuarios más jóvenes. Para las investigadoras, que grandes proporciones de usuarios de servicios de análisis también informaran sobre reducir la dosis y extender los períodos de consumo,  ilustra cómo el análisis de drogas podría reducir potencialmente el riesgo de sobredosis.

Leer el artículo original en ScienceDirect.com