“Ha consumido drogas – ¡está sesgado! No es un consumidor de drogas – ¿qué sabría él?”, estudio transversal en línea sobre el conocimiento experiencial del consumo de drogas y la divulgación entre investigadores de drogas.

El estudio de Drug and Alcohol Dependence Reports revela que el 86% de los y las profesionales que investigan y trabajan temas sobre drogas han hecho un consumo de ellas alguna vez en su vida, pero menos del 18% se sienten cómodas divulgando esta información. La investigación, que incluyó a 669 participantes de 43 países, se centró en la experiencia vivida y la divulgación del uso de drogas por parte de investigadores, y cómo estas experiencias influyen en su trabajo y en la percepción pública de su análisis.

Este documento aborda un tema poco discutido en la comunidad científica: la tensión entre el estigma asociado al uso de drogas y la falta de credibilidad que enfrentan las y los profesionales que no tienen experiencia personal con el consumo de drogas. Esta dualidad se resume en las percepciones contrastantes: «Ha usado drogas, está sesgado» frente a «No es un usuario de drogas, ¿qué sabría él?»

Principales Hallazgos

En primer lugar, es notable que el uso de drogas entre los investigadores sea tan generalizado. La mayoría de las personas participantes admitieron haber consumido drogas, siendo las más comunes la marihuana/THC, alucinógenos, cocaína y éxtasis. De hecho, aproximadamente el 47% informó haber usado drogas en los últimos tres meses.

No obstante, a pesar de este uso generalizado, sólo el 17.8% se consideró «abierta» sobre su consumo de drogas. La reticencia a divulgar esta información se atribuye, principalmente, a la estigmatización, las posibles repercusiones profesionales y personales, y la falta de un entorno seguro para compartir dicha información.

Además, las profesionales que han usado drogas creen que su experiencia personal podría enriquecer su trabajo, permitiéndoles formular preguntas de investigación más relevantes y basadas en experiencias reales. Sin embargo, el miedo a ser consideradas sesgadas o a que su trabajo no sea tomado en serio actúa como un disuasivo significativo para la divulgación.

 

Conclusiones

En el estudio se argumenta que es crucial reconocer y valorar la experiencia vivida de las profesionales que investigan temas sobre drogas para avanzar en el campo. Una mayor apertura y menor estigmatización podrían conducir a preguntas de investigación más innovadoras y a una comprensión más profunda de los fenómenos relacionados con el uso de sustancias.

Por lo tanto, este documento invita a una reflexión sobre cómo la comunidad académica maneja las experiencias personales de quienes forman parte. Aboga por un cambio cultural que permita integrar estas vivencias de manera constructiva en la investigación científica, fomentando así una mayor transparencia y reduciendo el estigma asociado al consumo.

En consecuencia, el estudio ha sido bien recibido en la comunidad académica, destacando la necesidad de un cambio cultural que promueva la transparencia y reduzca el estigma, tanto dentro como fuera del ámbito de la investigación. A medida que la sociedad avanza hacia una comprensión más matizada y menos juzgadora del uso de sustancias, estos hallazgos podrían jugar un papel crucial en la formación de políticas y prácticas más inclusivas y efectivas.

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