Narcotráfico y el consumo de drogas escolar en Chile
El informe de la organización chilena IdeaPaís aborda la relación entre el narcotráfico y el consumo de drogas en escolares en Chile, poniendo énfasis en cómo la presencia de bandas criminales afecta directamente a las comunidades más vulnerabilizadas, especialmente en comunas con alta incidencia de actividades ilícitas. Este fenómeno no solo incrementa el consumo de sustancias entre las personas jóvenes, sino que también contribuye a la normalización de su uso, generando un impacto profundo en la percepción de riesgo y en la calidad de vida de estas poblaciones.
Chile ocupa el primer lugar en América Latina en consumo escolar de marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes sin receta. Este problema se ha intensificado en los últimos años debido al auge del narcotráfico y los crímenes asociados, lo que ha deteriorado gravemente el bienestar de muchas comunidades. Aunque existen políticas nacionales para abordar el consumo de drogas, pocas veces se ha analizado específicamente cómo el narcotráfico influye en la juventud. Este estudio combina datos de la Encuesta Nacional de Drogas en Población Escolar (ENPE) y el Plan Nacional de Barrios Prioritarios (PNBP) para identificar tendencias y percepciones en las comunas más afectadas por estas dinámicas.
Entre los hallazgos principales, se destaca que en las comunas con alta presencia de narcotráfico, el consumo de marihuana es un 8,5% mayor y el de tranquilizantes sin receta un 9,1% más alto que en el resto del país. Además, las personas jóvenes en estas zonas consumen marihuana un 20% más al mes y cocaína un 27% más al año en comparación con otras áreas. Este patrón de consumo más frecuente y consistente resalta el impacto directo de vivir en comunidades afectadas por el narcotráfico.
Otro aspecto crucial identificado, según el informe, es la percepción del daño asociado al consumo. En las comunas con narcotráfico, los escolares tienden a subestimar los riesgos de estas sustancias. Por ejemplo, asocian la marihuana con problemas familiares un 7% menos, con problemas de salud un 8% menos y con bajo rendimiento escolar un 12% menos que jóvenes de otras comunas. Este cambio en la percepción sugiere que la exposición constante a un entorno donde el consumo está normalizado reduce la conciencia sobre los peligros reales.
La normalización del consumo también es evidente en los círculos sociales de adolescentes. En estas comunas, el 32% de jóvenes reporta que la mayoría de sus amigos consume marihuana, un 22% más que en el resto del país. Del mismo modo, el consumo de alcohol entre amigos es un 10% más común en estas zonas. Este entorno social amplifica la aceptación del consumo y refuerza su integración en la vida cotidiana de los jóvenes.
El informe concluye que el narcotráfico genera un entorno que facilita y normaliza el consumo de sustancias, perpetuando un ciclo de violencia, consumo y deterioro social. Aunque las cifras nacionales reflejan una disminución general en el consumo, las comunas más afectadas por el narcotráfico no han experimentado esta reducción de manera equitativa. La brecha en estas zonas se relaciona principalmente con la frecuencia de consumo y la percepción del riesgo, más que con el número total de jóvenes que han probado sustancias psicoactivas.
Para abordar este desafío, el informe recomienda desarrollar estrategias preventivas adaptadas a las comunidades más vulnerabilizadas. Estas estrategias deben integrar a escuelas, familias y espacios recreativos para generar un enfoque comunitario efectivo. Además, es crucial fortalecer la percepción de riesgo sobre el consumo de sustancias, especialmente marihuana y tranquilizantes, mediante campañas educativas dirigidas a jóvenes y su entorno.
En resumen, el informe enfatiza que cualquier estrategia para reducir el consumo de sustancias en escolares debe considerar las realidades locales y los efectos del narcotráfico en las comunidades. Solo mediante un enfoque integral y territorialmente adaptado se podrá mitigar el impacto de este fenómeno y proteger a las nuevas generaciones.