Aceptar la realidad, es el principio de la solución en nuestra convivencia con un enfermo alcohólico.
La mayoría de la gente sana, alienta y favorece la aceptación de la realidad; como es natural, éste es el objetivo de muchas terapias. El encarar y adaptarse a lo que es resulta muy beneficioso.
La aceptación nos dá la paz, con frecuencia es la que nos decide a realizar un cambio. También es mucho más fácil de decir que de hacer.
Todo el mundo se enfrenta diariamente a la perspectiva de aceptar o negar la realidad de cada día en paricular, y de las circunstancias que la acompañan.
Quienes somos, donde vivimos, el trabajo, las relaciones personales, con el jefe, los hijos, los pagos...todo va bien hasta que...se estropea el coche, el jefe se enfada, la factura no s epuede pagar, nuestra relación con una persona se tambalea...Algo ha ocurrido. Tenemos un problema. Las cosas son diferentes, han cambiado. Estamos perdiendo algo.
Nuestras circunstancias del momento ya no son tan cómodas como antes y tenemos que aceptar una nueva situación.
Puede que el primer momento reaccionemos negando u oponiendo resistencia al cambio, el problema o la pérdida.
Queremos que las cosas sean como antes; que el problema se resuelva rápidamente; queremos sentirnos a gusto de nuevo, saber qué es lo que va a pasar.
Hemos perdido perdido temporalmente el equilibrio. Los codependientes nunca saben lo que va a pasar, sobre todo, si mantenemos una relación íntima con un alcohólico.
Pero...¿qué es un codependiente? una de las muchas respuestas es: aquella persona que ha permitido que el comportamineto de otra persona le afecte, y que está obsesionada por controlar éste comportamiento.
Otra podría ser: una persona cuta vida ha escapado a su control como resultado de vivir una relación de compromiso con un enfermo alcohólcio.
Dependiente el enfermo alcohólico, codependiente el/la compañer@, como consecuencia de compartir durante tiempo, un mismo "estilo de vida".
Este estilo de vida suele tener un denomidaor común, y es el mantenimiento de un confunto de reglas silenciosas que se desarrollan en la familia y, marcan el ritmo de las relaciones.
Esta reglas prohiben la discusión de los problemas, la manifestación abierta de los sentimientos, la comunicación directa u honesta, las expectativas realistas como ser humano, vulnerable e imperfecto; el egoismo, la confianza en otras personas y en uno mismo, el juego y la diversión.
Estas reglas suelen ser muy corrientes en los sistemas familiares de los alcohólicos.
Es importante definir el problema y quiénes lo tenemos, porque ayuda a encontrar la solución. En éste caso es vital. Significa sentirse mejor. Significa !!!! recuperación !!!![/b]
Convivencia con un alccohólico
continúa testimonio
Así pués, los codependientes nos sentimos asediados por los problemas, las pérdidas y los cambios. Aguantamos las ventanas hechas pedazos, las citas olvidadas, las promesas rotas, las mentiras descaradas, la "ausencia" de dinero en el monedero, la farsa continua, los juramentos...
Perdemos la seguridad económica y emocional, la fe en las personas a las que amamos, la fe en Dios y en nosotros mismos. Podemos perder nuestro bienestar físico, nuestros bienes materiales, nuestra capacidad para disfrutar del sexo, nuestra *****, nuestra vida social, el control de nosotros mismos, la propia estima y, a nosotros mismos.
Algunos perdemos el respeto y la confianza en los que amamos, a veces incluso, nuestro amor y nuestro compromiso con una persona a la que hemos amado.
La traición puede abrumarnos cuando alguien a quién amamos, hace cosas que nos hieren profundamente. Quizás la pérdida más dolorosa que tienen que afrontar muchos codependientes es la de los sueños, las optimistas y a veces demasiado idealistas expectativas de futuro que abriga la mayoría de la gente. Esta pérdida puede ser la más dificil de aceptar.
El día de nuestra boda teníamos sueños. Nuestro futuro con el ser amado era prometedor y maravilloso, era el principio de algo grande, lleno de amor, algo que habíamos esperado durante mucho tiempo. Ahí estaban nuestros sueños.
continua.
Perdemos la seguridad económica y emocional, la fe en las personas a las que amamos, la fe en Dios y en nosotros mismos. Podemos perder nuestro bienestar físico, nuestros bienes materiales, nuestra capacidad para disfrutar del sexo, nuestra *****, nuestra vida social, el control de nosotros mismos, la propia estima y, a nosotros mismos.
Algunos perdemos el respeto y la confianza en los que amamos, a veces incluso, nuestro amor y nuestro compromiso con una persona a la que hemos amado.
La traición puede abrumarnos cuando alguien a quién amamos, hace cosas que nos hieren profundamente. Quizás la pérdida más dolorosa que tienen que afrontar muchos codependientes es la de los sueños, las optimistas y a veces demasiado idealistas expectativas de futuro que abriga la mayoría de la gente. Esta pérdida puede ser la más dificil de aceptar.
El día de nuestra boda teníamos sueños. Nuestro futuro con el ser amado era prometedor y maravilloso, era el principio de algo grande, lleno de amor, algo que habíamos esperado durante mucho tiempo. Ahí estaban nuestros sueños.
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