Seamos firmes en nuestras actitudes y perseverantes en la idea de dejarlo.
Pero seamos pacientes, lo que hemos roto en tanto tiempo no se arreglara en un día.
No seamos por favor esclavos del pasado y los recuerdos tristes con la coca.
No revolvamos la herida, dejemos que se cicatrice.
No rememoremos dolores y sufrimientos antiguos, lo que paso, paso!
De ahora en adelante procuremos construir una nueva vida, dirigida hacia lo alto y caminando hacia delante, sin mirar atrás.
Hagamos como el sol que nace cada día, sin acordarnos de la noche que paso.
Solo contemplemos la meta sin ver que tan difícil pueda ser alcanzarla.
No nos detengamos en lo malo que hemos hecho, caminemos en lo bueno que aun podemos hacer.
No nos culpemos mas por lo que hicimos, más bien decidámonos a cambiar.
No tratemos de que los demás cambien, seamos nosotros responsables de nuestra propia vida y tratemos de cambiar nosotros.
Dejemos que el amor nos toque, no nos defendamos de el.
No suframos mas por lo que viene “cada día tiene su propio afán”.
Busquemos a alguien con quien compartir esta lucha hacia la libertad, personas que nos entiendan, que nos apoyen y nos acompañen en ella.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.