A eso es a donde voy, Mª José. Las adicciones atienden en primera instancia un factor psicológico, luego llegará la adicción física o no llegará en función de la droga que estemos consumiendo (por ejemplo, con el alcohol y los opiacios, adictivos a nivel orgánico por naturaleza, suele llegar si no te tiene cuidado). Como tú misma decías la elección de dejar la coca y de fumar porros cada noche fue tuya, sólo tuya. Además, afirmas no suponerte ninguna tortura no hacerlo (bien por tí y me alegro). La imagen que quiero transmitir está clara: nadie que no lo desee dejará de cosumir y, con esa misma lógica, todo el que lo desee realmente dejará su adicción aunque para ello tenga que renunciar a determinados ambientes y colegas que no ayudan a tomar una decisión definitiva para dejarlo. Pero una cosa está clara, la decisión, el sacrificio y la recompensa es del afectado en primer y último lugar. Las drogas no te hacen mas estúpido o menos libre que si no las consumieras, sólo te harán más estúpido y menos libre si es eso lo que buscas para justificar una serie de carencias y falta de voluntad, pero eso es algo intrinseco de la persona, no de las drogas. Actuar bajo los efectos de psicofármacos de una manera que luego nos avergoncemos para justificarlo posteriormente diciendo que "no era yo sino las drogas" es como el que se pone unas gafas de sol con cristales oscuros para no tener que mirarte a los ojos y tapar su timidez. El problema es nuestro, no de las gafas de sol ni de los cristales.Mª José escribió:...yo no dejé la coca hasta que YO no quise y no dejé de fumar porros todas las noches hasta que me dije BASTA!!!. Ahora, lo hago de vez en cuando (los porrillos, eh??? malpensados!!! jejejeje) y no me supone ninguna tortura no hacerlo.
Las personas deberíamos aprender a ponernos las manos en el corazón y reconocer lo capaces que somos de llevar a cabo cosas que en un principio no hacemos por desidia y no por impotencia. No es que no podamos, es que no queremos. Una adicción no es más que una enfermedad autoadquirida, y eso cualquier experto que trabaje con adictos lo sabe (si tenéis a alguno cerca en vuestra vida, preguntadle).
Todo en esta vida es neutro, los móviles, el sexo, el agua, el fuego... y por supuesto las drogas también. El resultado final dependerá del valor y del uso ( bueno o malo) que sepamos darle. El sexo es uno de los placeres más aceptados hoy en día como algo natural, pero eso no impide que haya personas que, excediéndose con él, no necesiten de terapias para tratar los problemas que le originen sus excesos sexuales.
Los móviles, por ejemplo, pueden servir para localizarte tras un accidente de tráfico, o puede ser, en cambio, el causante del mismo. Poniendo ejemplos más siniestros todavía podemos decir que un móvil serviría como detonante de una bomba escondido en un mochila (recordando a las víctimas de 11-M), o puede ser la herramienta para movilizar a la sociedad ante semejante barbarie (recordando también las manifestaciones llevadas a cabo gracias al sms).
El fuego calienta, pero si este se propaga de manera descontrolada arrasa pueblos, aldeas, incluso tu propia casa, arruinándote practicamente. Con el agua ocurre lo mismo, éste te quita la sed y te refresca en calurosos días de verano, pero si hablamos de inundaciones el efecto es el mismo que con el fuego, te arruina la vida sino te mata antes.
Podría seguir poniendo ejemplos como este pero igual se aburre el personal. No voy a ser mucho más claro de lo que ya he sido hasta ahora. Piensen y mediten, sería de agradecer.
Un saludo