Pues que mejor forma de celebrar mis dos años que con todos vosotros, con los que ya hace tiempo que lo habéis dejado, con los que estéis empezando, con los que se lo están pensando, y también con los que aún siguen ahí en el pozo.Y quiero celebrarlo con vosotros porque dejarlo es algo que se puede hacer, y se necesita una cosa nada más, luego ya el método o el trámite de cómo hacerlo variará en cada persona, pero lo que todos y cada uno necesitamos para dejarlo es...la voluntad de dejarlo, el querer dejarlo, el convertir el hábito de beber en el hábito de no beber. Después ya vendrán los médicos si son necesarios, o la medicación si es necesaria, y todo lo que tenga que venir. (En mi caso no hubo médicos, medicinas ni grupos de apoyo)Cuando realmente se tenga la voluntad, en ese preciso instante las cosas empezarán a transformarse para que se logre tu objetivo, casi de un modo mágico, cosas que antes no se daban, que antes no se producían para lograr tu objetivo, se empezarán a suceder, pero realmente tienes que querer, no sirve un "bueno,bah, voy a probar que sucede si dejo de beber un par de días o semanas" (eso también lo hice y no sirvió de nada, bueno sí, de celebrarlo bebiendo), no, eso no sirve, la cuestión es saber que NUNCA MÁS, voy a beber, porque yo no soy como las demás personas que toleran el alcohol y que con una copa saben parar, y como no soy así y lo se pues evito el problema. El alcohol siempre va a estar presente, hay bares en cada esquina, hay tiendas donde comprarlo, ahora se acercan unas fiestas en las que se suele brindar con alcohol, y eso no va a cambiar, lo que tiene que cambiar es tu relación con el alcohol, de ser tu "amigo diario" a ser algo a lo que nunca jamás te vas a volver a acercar. Yo tengo alcohol en casa, me encanta cocinar y uso un verdejo, un vino blanco, y también tengo cerveza de la última vez que vino un amigo de visita, su cerveza favorita, que ahora también uso para algún plato. Si alguien me dice hace dos años, que tendría alcohol en casa y que ello no significaría ningún problema, me reiría en su cara. Es curioso como se comporta el cuerpo, cuando abro la botella de vino, no pienso en beber un trago, al contrario, el simple aroma que desprende la botella ya me repele.
Como ya comenté en otras publicaciones, al día siguiente de dejarlo tenía un evento social, una cena en la que sin duda se bebería, y por tanto tenía dos opciones, ir o no ir. Tenía tan clara la decisión de no volver a beber que decidí enfrentarme al evento. Y desde entonces ya han pasado 2 años.
Bueno, tanta cháchara para deciros que no os rindáis nunca, que hay esperanza, que la vida es otra cosa, y que no estamos aquí para desperdiciarla en algo tan estúpido ,tonto y destructivo como beber.
Saludos a tod@s.
