Una persona para poder ayudarse a sí misma debe conocer adecuadamente su conducta, su conducta adictiva en este caso. Sin embargo, todo el mundo cree que se conoce muy bien a sí mismo y que no hay nadie que puede saber más de nosotros mismos. La realidad no es esa, ya que todos distorsionamos la información sobre nosotros mismos, y lo más evidente a veces se nos escapa.

El mejor modo de conocer la conducta es observándola, pero observándola objetivamente. La utilización de autorregistros resulta de gran utilidad. Éstos consisten en unas hojas de registro para cubrir diariamente en donde la persona indica aspectos relevantes sobre su conducta tales como la hora en que realiza la conducta, en qué situación se encuentra, con quién, qué pensamientos tiene mientras realiza la misma, si le produce ansiedad, etc. Su estructura más sencilla o más compleja va a depender del problema, de la persona que lo va a cubrir y del objetivo que se pretenda con el mismo. En la siguiente tabla se indican los aspectos más importantes que se deben evaluar en un autorregistro.

Hoja de autorregistro para el consumo de sustancias

  • Fecha
  • Hora
  • Consumo
  • Lugar
  • Personas presentes
  • Dinero gastado
  • Pensamientos Consecuencias

También seguir un listado de preguntas, o cumplimentar uno mismo una entrevista sirven para darse cuenta de ciertos comportamientos que creyéndolos normales puede que no lo sean tanto, o no lo sean en absoluto. De este modo podemos conocer un poco más la conducta que llevamos a cabo, si la hacemos en exceso, si es distinta a lo que hacen los demás, etc.

Por tanto, conocer la propia conducta es lo primero que una persona con problemas de dependencia debe hacer para luego pasar a los siguientes pasos. Una vez realizado el análisis conductual de su conducta ya conocerá importantes aspectos de la misma hasta ahora desconocidos. Pero no debe olvidarse que la evaluación no finaliza aquí; debe seguir a lo largo de todo el proceso hasta que deje de ser un problema para la persona.