El paso 2 en el proceso de ayuda al estudiante es la recogida de información. Nadie quiere crear problemas donde no existen. Los profesores deben decidir si tienen suficiente información en la que basar su preocupación acerca de que un estudiante pueda estar teniendo problemas relacionados con las drogas. Deben también decidir si es preciso recoger más información antes de pasar a la acción, o si hay que implicar a otros recursos escolares o comunitarios inmediatamente.

«Recoger información» puede lograrse de diversas maneras, durante diferentes espacios de tiempo y con diferentes niveles de profundidad, dependiendo de la situación del estudiante, del papel del profesor, de su experiencia y de su nivel de seguridad en sí mismo.

En esta sección se describen tres métodos generales de recoger información: Observar. Corroborar la información con otros. Tener una conversación franca con el estudiante.

Observar

Lo siguiente es una lista de observaciones que le deben llevar a preocuparse sobre la posibilidad de que haya implicaciones con el alcohol u otras drogas. No es exhaustiva. Hay que tener en cuenta que estos «signos o síntomas» de un posible consumo de drogas pueden ser debidos a otros problemas físicos o psíquicos. Los profesores deben ser cautos a la hora de sacar conclusiones sobre un posible consumo de drogas. Al mismo tiempo, no es esencial que los profesores estén completamente seguros del consumo de drogas de sus alumnos antes de buscar ayuda. El papel de los profesores es ser sensibles a la posibilidad de que haya problemas relacionados con las drogas, y buscar la ayuda apropiada.

Recuerde… Hay que fijarse en conductas observables, no en razones, psicodinámicas, ni otros hechos de la historia personal. El profesor debe plantearse si pudiera haber problema. Otros profesionales más capacitados pueden hacer exploraciones más detalladas y decidir lo que se debe hacer al respecto.

Observaciones que pueden indicar un consumo reciente de alcohol u otras drogas

  • Olor a alcohol, drogas o inhalantes.
  • Marcha inestable.
  • Agitación.
  • Letargo.
  • Hiperactividad.
  • Debilidad, desmayos, mareos, pérdidas de conocimiento, etc.
  • Propensión a accidentes.
  • Alto nivel de molestias somáticas, problemas de salud.
  • Problemas legales.
  • Malestar emocional: depresión, cambios de humor, confusión.
  • Problemas de concentración.
  • Pérdida de peso brusca.
  • Alteraciones del sueño.
  • Cambios significativos en los amigos.
  • Cambio significativo en el aseo personal y en la imagen, deterioro del rendimiento académico y de las relaciones con los demás.
  • Ausencias y retrasos.
  • Cambio significativo de actitud.
  • Objetos relacionados con el consumo de alcohol u otras drogas como: Papel de fumar, utensilios de descorche, jeringuillas, etc.

Comentar con otros

Es importante no llegar a conclusiones sobre el consumo de un alumno basándose solamente en sus propias observaciones. Debe intentar corroborarlas hablando con el joven, con otros profesores actuales o anteriores, o con un orientador escolar.

Si los demás confirman sus observaciones, debe preguntar directamente al estudiante sobre su consumo.

Hablar con el estudiante

Hablar con el estudiante sobre su posible consumo de drogas no es tan difícil como parece. Sin embargo hay que tener en cuenta los principios generales de una buena comunicación.

Como Ud sabe, suele ser difícil para un joven hablar de sus problemas con un adulto. Debe procurar que se sienta lo suficientemente seguro para hablar. La mayoría de los jóvenes que consumen drogas estarán muy a la defensiva y no desearán abrirse porque esperan recibir una respuesta de desaprobación o un juicio moralista. No debe mostrar ninguna de esas reacciones.

Puede evitar la trampa moralista animando a los estudiantes a explorar objetivamente las consecuencias de sus conductas para ellos mismos, para los padres y para los amigos. Trate de no dirigir la reflexión. Permita al estudiante marcar el ritmo y sacar sus propias conclusiones.

Los estudiantes que tienen, o están en riesgo de tener problemas relacionados con las drogas, suelen tener baja autoestima. Muchos adolescentes están rodeados de mensajes negativos. Es vital dar a los estudiantes el mensaje claro de que serán tratados como personas, no como niños, como problemas o como pacientes.

Su estilo de comunicación debe reflejar calidez, empatía, sinceridad y respeto. Asegúrese de escuchar de forma activa, ofrézcale ayuda, y sugiera siempre decisiones y acciones alternativas realistas y positivas para él o ella. Asegúrese de mostrar su propia flexibilidad al debatir y modificar tales decisiones y alternativas. El lenguaje corporal y el tono de la voz debe coincidir con su mensaje verbal. Un profesor que muestra un interés exento de prejuicios sobre el consumo de drogas de sus estudiantes, y que está preparado para debatir con ellos cómoda y directamente, es más probable que consiga que el estudiante se abra, que aquel profesor que evita el tema o que solo se preocupa cuando aparecen los problemas:

Una pregunta como «¿Has probado alguna vez alcohol, tabaco, cannabis,…?» etc. Le ayudarán a establecer si su estudiante ha comenzado o no a consumir determinadas drogas.

Preguntas como «¿Con qué frecuencia fumas, o consumes alcohol, cannabis, etc.? ¿Todos los días, una vez a la semana, 3 o 4 veces al año, una vez al mes, una vez al año?», le ayudarán a establecer la frecuencia del consumo del estudiante.

Preguntas como, «El mes pasado, ¿cuántos cigarrillos fumaste al día, o a la semana o al mes?» o «¿cuantas consumiciones tomas normalmente cuando bebes?», le ayudarán a establecer la cantidad del consumo de drogas.

Por el momento no es necesario profundizar más.

Recuerde… Está intentando establecer si es conveniente hacer una evaluación más completa. No está «diagnosticando» el problema ni haciendo «terapia». En cualquier momento durante este paso puede pasar a otros la responsabilidad de continuar la investigación de lo que a Ud le preocupa.

En la mayoría de los casos, sus observaciones, las respuestas de sus estudiantes y sus conversaciones con sus colegas, le aportarán información suficiente para decidir si hay un problema relacionado con el consumo de drogas en su alumno.

En algunos casos Ud encontrará que el estudiante revela información de problemas que nada tienen que ver con el consumo de drogas, en esos casos tendrá que recurrir a otros servicios bien de la escuela o de la comunidad.

Actividad 2.2

Usando uno o más de los casos de estudio de la Actividad 2.1, escriba tres preguntas que podría hacer a sus estudiantes con el fin de conocer más sobre su consumo de drogas.