«Los primeros resultados de este estudio preliminar han permitido confirmar el efecto nefasto del tabaco sobre la fertilidad, dato ya subrayado por otros equipos europeos», indica en un comunicado el INSERM, que junto al Instituto de Vigilancia Sanitaria y a la Universidad de Copenhague, han puesto en marcha un «Observatorio de la Fertilidad en Francia».

El proyecto piloto del trabajo ha consistido en el seguimiento de un grupo de 1.200 mujeres de 18 a 44 años y de sus parejas, y en particular de 69 de ellas, que se consideran «con riesgo de embarazo» ya que en un momento determinado trataron de quedarse encintas.

La conclusión es que «el plazo necesario para lograr un embarazo para la mitad de las parejas es el doble entre los fumadores, respecto a las parejas en las que la mujer no fumaba durante el periodo de búsqueda del embarazo».

Esos efectos negativos del tabaco son reversibles en la medida en que se deja de fumar, y por eso se aconseja dejar de fumar a las mujeres que quieren quedarse embarazadas.

Pero esos efectos se dan también en los hombres, ya que el tabaco disminuye la calidad y la movilidad de sus espermatozoides.

El trabajo sobre la fertilidad, en el que trabaja el INSERM desde hace varios años, debe completarse el año próximo a partir de los elementos conseguidos en la fase piloto sobre una muestra de 20.000 hogares.

Se trata en particular de observar a aquellas parejas con relaciones sexuales no protegidas con vistas a un embarazo, y prestar atención a las que no lo logran, y no sólo las que acuden para que se les preste una ayuda médica.

Los científicos esperan poner en evidencia otros factores medioambientales, implicados en el daño en la salud reproductiva humana en los últimos decenios, como un deterioro ilustrado por diversos índices referentes a un cáncer de testículos cada vez más frecuente o a una menor concentración del esperma.