El tratamiento de las adicciones en España tiene un nombre con mayúsculas: UNAD, la organización que nació a mitad de la década de los 80, para hacer frente a la heroína que mataba a cientos de personas, y que este mes cumple 40 años integrada por unas 200 entidades que atienden a cerca de 50.000 personas en todo el país. A través de un recorrido por su historia se percibe cómo han ido mutando las adicciones: de pincharse una dosis en un callejón a pulirse la vida en las apuestas deportivas de un salón de juego, por ejemplo.
Los datos de las encuestas bianuales que elabora el Plan Nacional sobre Drogas desde 1995 son un buen medidor de la evolución de los consumos de sustancias legales e ilegales en España, de la percepción que tiene la sociedad de sus riesgos y de su problemática. De acuerdo con estos sondeos que se hacen a la población de entre 15 y 64 años, los índices de consumo han bajado notablemente en los últimos 30 años en heroína, éxtasis y tabaco, mientras que han subido considerablemente los de alcohol, cannabis e hipnosedantes, y ligeramente el de cocaína, tomando como referencia el uso realizado en los últimos 12 meses, es decir, ni muy frecuente ni muy esporádico.
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