Fiestas ilegales, nuevos narcóticos, jóvenes traficantes… El mundo de la noche esconde muchos secretos, y entre ellos, el mercado de la droga. Cada fin de semana, miles de jóvenes comparten música, copas y éxtasis en muchos locales de la geografía española. Esta noche, el programa «Al Descubierto», emitido por Antena 3 y producido por EL MUNDO TV intentará desvelar las claves de ese mundo. Bajo el objetivo de las cámaras, yace ahora una radiografía oculta del tráfico de drogas.

Desde la tarde del viernes a la mañana del domingo, las pastillas corren de mano en mano por numerosas ciudades. Pocos locales quedan fuera de este círculo, que engancha a jóvenes desde los 13 años. Nuevas músicas, nuevas drogas, tráfico de cocaína, speed, e incluso analgésicos para caballos como la ketamina. La investigación muestra que todo vale para seguir la fiesta. Llegadas las cuatro de la mañana, otra nueva moda queda reflejada en el reportaje producido por EL MUNDO TV: las raves. Macrofiestas realizadas en puentes, parques o naves abandonadas, donde cientos de jóvenes se entremezclan al sonido de los platos y al ritmo que marcan las pastillas. Para algunos, este tipo de eventos marca una filosofía de vida; para muchos, es simplemente una forma sencilla de conseguir todo tipo de drogas de diseño. «Yo vengo aquí por las pastillas, si no, no vendría», sentencia uno de los participantes. Al final, los más rezagados se marchan a casa con 36 horas de fiesta a sus espaldas y varios psicotrópicos corriendo por sus venas.

Pero el uso del éxtasis no queda marginado únicamente a las fiestas ilegales. Las pastillas ruedan también por las pistas de baile de pequeñas salas y grandes macrodiscotecas. Bajo las cámaras de Al Descubierto, queda probado que no se trata de una moda pasajera. Habituales camellos y consumidores muestran sus preferencias entre una larga lista de anfetaminas. Y la oferta nunca termina.

La impunidad es tal, que en muchos locales los camellos se mueven sin pudor. Asaltan a los reporteros para conseguir nuevos clientes. Para ellos, seis euros aseguran una noche de fiesta. «Tómate media, que ésta es muy fuerte», recomendaba un traficante a la periodista. Un camarero lo vio, pero no hizo nada. El joven siguió vendiendo sus pastillas sin impedimento. Las cámaras de Al Descubierto comprobaron que la escena se reproducía en Madrid, Málaga y Sevilla.