Según el Reporte Mundial de Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), tan sólo en 2013, 240 millones de personas consumieron cannabis, opiáceos (heroína y opio), cocaína o estimulantes de tipo anfetamínico por lo menos una vez durante el año. De estos 240 millones, 27 millones son usuarios problemáticos, es decir, viven en una situación de enfermedad a causa de su consumo.

Un estudio reveló que en 2012, mientras que 6 millones murieron a causa del tabaco y 2.5 por causa del alcohol, alrededor de 200 mil personas murieron a cusa de las drogas. Los costos del uso y abuso de las drogas no se limita a esas lamentables muertes particulares. Su efecto se propaga como una onda; los medios de consumo de drogas impacta en aspectos cuyas consecuencias son visibles en enfermedades capaces de dañar a grandes sectores de la población.

También, el uso de drogas inyectables es hoy una causa importante de transmisión del VIH/SIDA y de otras enfermedades como la hepatitis C y D. El consumo de drogas impacta directamente en los procesos de disgregación de las familias, generando exclusión social e inseguridad. Además del uso y abuso de droga frecuentemente son causas de marginación, desempleo , violencia activa y pasiva y hasta de delincuencia.

Por otro lado, el Reporte Mundial indicó que hoy existe la amenaza creciente de nueva sustancias psicoactivas (sustancias ya conocidas para fines industriales y farmaceúticos, que ahora se están distribuyendo para los mal llamados fines recreativos) en mercados que en su mayoría se promueven por Internet, fuera de los sistemas de fiscalización nacionales e internacionales, lo que está complicando aún más el problemas de las drogas.

Como posible solución a este problema, se busca prevenir y tratar el consumo de drogas, así como promover una vida y un entorno social más saludable, que a decir de la oficina contra las drogas y el delito, no es tarea solamente del gobierno, sino también de la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicación. El complejo impacto del consumo y el abuso de las drogas en los individuos y las sociedades, requiere entonces un enfoque de salud pública respetuoso tanto de los derechos de las personas como de la colectividad.