El suyo es un trabajo complejo pero tremendamente gratificante. En la Fundación Atenea Grupo GID, que comenzó a trabajar en Albacete hace ya más de una década, las personas son lo primero, la única prioridad.

Trabajan con drogodependientes, afectados por el VIH, mujeres consumidoras de sustancias que además ejercen la prostitución o con jóvenes que empiezan a relacionarse con el mundo de las drogas o que viven en ese entorno con los consiguientes peligros.

Pero en Atenea, que cuenta con un centro enclavado en el barrio de La Estrella de Albacete, ante todo huyen de los tópicos y sus usuarios, lejos de cualquier etiqueta, son tratados como lo que son, personas con idénticos derechos al resto.

Nueve profesionales de forma continuada, a los que se suma un trabajador más contratado eventualmente para cubrir uno de los proyectos que llevan a cabo, conforman el equipo humano de Atenea que coordina Javier Romero. Por el centro albaceteño, cuyos proyectos cuentan con el auspicio económico del Ayuntamiento, la Junta de Comunidades, el Plan Nacional de Sida así como entidades financieras tales como CCM o Caja Madrid, cada mes pasan un buen número de usuarios. Algo que da fe de la consolidación de la Fundación Atenea como un recurso de ayuda a drogopedendientes.

Con el fin de mejorar la salud y la calidad de vida de los consumidores de drogas desde Atenea llevan a cabo el programa «Menos riesgos, más salud». Con esta iniciativa, tal y como explica Romero, buscan minimizar, en la medida de lo posible, los riesgos relacionados con el consumo de distinto tipo de sustancias.

Este programa es un recurso de referencia tanto para los drogodependientes como para los recursos específicos tales como la Unidad de Conductas Adictivas o los servicios sociales que trabajan con Atenea en sus planes de intervención.
Pese a que 2011 está siendo un año difícil para el proyecto, «Menos riesgos, más salud», mantiene la misma demanda de usuarios e idéntica atención. En el segundo semestre se ha atendido a un centenar de personas superando las 700 intervenciones.

A lo largo de este ejercicio el número de intervenciones con mujeres ha aumentado espectacularmente, de hecho se ha duplicado ampliamente. Desde la Fundación atribuyen esta tendencia al esfuerzo que han venido realizando para incluir la perspectiva de género y ofrecer servicios para mejorar el acceso de las mujeres al proyecto.

En el caso de las asesorías, ya que esta iniciativa no solo incluye intervenciones, el número se ha mantenido prácticamente invariable respecto al ejercicio anterior. En el marco de este proyecto también se ha comprobado que existe una demanda social del proyecto mayor y se ha diversificado la misma. Así han contabilizado un importante aumento de las demandas en materia de asesorías de formación y empleo.

Usuarios

A través del proyecto, dirigido a drogodependientes, usuarios que están siendo tratados con metadona o enfermos de VIH, se informa y asesora a los usuarios del mismo de los riesgos que conlleva el consumo de drogas.
La prevención de enfermedades, los riesgos de una sobredosis, la importancia de apostar por una sexualidad segura así como la información de todos los recursos existentes para tratar su adicción, son algunos de los aspectos que se abordan en este programa. Además en el centro de la Fundación Atenea se entrega material preventivo tal como jeringuillas, papel de aluminio o preservativos.

«Menos riesgos, más salud», no es el único programa que llevan a cabo desde la Fundación Atenea. Otra de las iniciativas que llevan a cabo, y que goza de gran reconocimiento, es el proyecto «Antena de riesgos» que en el último ejercicio se ha reforzado con la incorporación de un profesional más. Éste es un proyecto preventivo dirigido a jóvenes, tal y como indica Romero, que ya se han iniciado en el consumo de drogas o que están en riesgo por el entorno en el que viven o se mueven.
Solo en el segundo semestre de 2011 han multiplicado prácticamente por diez el número de usuarios a los que han llegado con este programa preventivo. Así se ha pasado de 57 personas atendidas a través de las diferentes acciones informativas que llevan a cabo a 563 en un año.

Este espectacular aumento se debe, según indica el coordinador de la Fundación Atenea en Albacete, al inicio de talleres en los tres colegios del entorno de los barrios de La Milagrosa y La Estrella. En estos centros educativos se han realizado regularmente, todas las semanas, talleres con todos los cursos de Secundaria y tutorías individualizadas con estos alumnos. Desde Atenea se muestran más que satisfechos con el desarrollo de estas intervenciones que han sido valoradas tanto por los propios centros educativos como por Educación como «excelentes».

Tan bien valorado está este proyecto que desde Atenea se están viendo desbordados respecto a la demanda que recibe Antena de riesgos por parte de los distintos recursos. Así en los centros de menores como Albaidel, Arco Iris o los pisos tutelados que gestiona Bayco, solicitan talleres formativos y seguimiento de casos que la Fundación Atenea no siempre puede cubrir.

Individual

Aseguran igualmente que también se halla desbordada la solicitud de colaboración de centros específicos del área de juventud. En este caso mantienen contacto, llevan a cabo un taller anual y tratan de mantener la continuidad con los casos individualizados. «Antena de riesgos» también se lleva a cabo en distintos institutos de Albacete donde se imparten charlas y talleres. En cuanto al trabajo de calle está centrado con los adolescentes de La Milagrosa y La Estrella y se basa en el apoyo respecto a la prevención en el consumo de sustancias. También trabajan con chavales no adscritos a ningún recurso en otros puntos de la ciudad.

Desde la Fundación advierten de que este programa tiene mucha más demanda de la que son capaces de cubrir y han detectado una gran necesidad social de intervenir con jóvenes en espacios informales. Solo para atender esta demanda precisarían un equipo de cuatro personas.

El último de los programas que desarrolla Atenea es «Antón usó condón» para prevenir la transmisión sexual del VIH entre enfermos y consumidores de drogas. A través de este programa se forma a usuarios como agentes de salud para que, a su vez, ayuden a otros transmitiendo información y formación.