Alarmante, la noticia les suma a las viejas sospechas el peso de la evidencia médica: un flamante informe del Hospital Italiano advierte que aumentaron los infartos de miocardio en personas jóvenes por la mezcla excesiva de alcohol y bebidas energizantes.

La decisión de difundir estas novedades que los médicos vienen registrando desde hace tres años se tomó hace apenas una semana, cuando un joven de 25 años llegó al hospital con un infarto masivo. «Estábamos estudiando el tema porque ya tuvimos diez casos similares. Todavía no tenemos conclusiones definitivas, pero sentimos que debíamos llamar la atención al respecto porque los jóvenes, en general, no están preocupados por los problemas cardíacos, y quienes consumen estas sustancias deberían empezar a tener más cuidado», sentencia el doctor Daniel Berrocal, subjefe de Hemodinamia del Italiano.

«No es que todas las personas jóvenes que se infartan consuman estas sustancias. Lo que observamos es que en aquellos casos en los que no había ningún factor de riesgo que lo explicara, lo que se repetía en todos era el consumo excesivo de bebidas energizantes y alcohol. A ese cóctel, que ya puede resultar mortal, algunos le sumaban tabaco u otras drogas, con lo cual el riesgo crecía aún más», agrega.

Los pacientes afectados por estos cuadros tenían entre 25 y 40 años y debieron ser sometidos a angioplastias de urgencia para salvar sus vidas. «El problema es que en los jóvenes el daño del infarto es mucho mayor; puede dejar secuelas más graves que en una persona mayor», asegura Berrocal. Las bebidas «energizantes» (hay diez marcas en el mercado) se han popularizado entre los jóvenes y adolescentes en los últimos tres años. Si bien son productos de venta libre, su consumo excesivo o su mezcla con alcohol u otros estimulantes los transforma, según los médicos, en una sustancia tóxica y potencialmente mortal.

Se calcula que el consumo de energizantes en Argentina ha crecido en los últimos cinco años entre 10 y 15 veces. Un estudio de la consultora AC Nielsen reveló que sólo entre setiembre de 2003 y enero de 2005 las ventas habían crecido alrededor de un 300%. «Tomar más de una o dos latas dispara el riesgo —asegura Berrocal—. Y jamás hay que mezclarlas con alcohol, tabaco u otras drogas, porque su efecto se potencia.»

Según el especialista, el principal peligro está en el exceso y en las mezclas. «Una lata de energizante equivale a diez tasas de café. Es una dosis de cafeína altísima. No entiendo cómo la ANMAT (dependencia pública que controla medicamentos y alimentos) puede decir que es un suplemento nutricional; es mucho más dañino que nutritivo y los chicos lo toman precisamente por la cafeína, no para alimentarse», comenta.

Las bebidas energizantes pueden llegar a tener hasta 35 miligramos de cafeína por cada 100cc. Por eso, los propios fabricantes recomiendan no ingerir más de 2 latas por día. Según los médicos, la sobredosis de cafeína, sumada a los efectos del alcohol, puede crear cuadros de excitación excesiva, desorientación, delirios y hasta convulsiones, lo que deriva en la muerte de un gran número de neuronas por episodio. Y a esto hay que sumarle las consecuencias sobre el aparato cardiovascular: el cóctel sobreexige al corazón y bloquea los mecanismos normales que el cuerpo tiene para adaptarse a este esfuerzo inusual.

«Son muy comunes los cuadros de hipertensión tras el consumo de estas mezclas —dice Berrocal—. Y nos preocupa porque los jóvenes no deberían sufrir estos problemas. Aunque nos falte todavía una evidencia mayor y conclusiones más rigurosas, sentimos que era momento de advertir a los padres y, sobre todo, a los jóvenes, que nunca esperan una crisis cardíaca pero pueden tenerla.»