La Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito (Onudc) advirtió en un informe sobre el peligro de percibir como inofensivos a los estupefacientes sintéticos -tales como el éxtasis- y aseguró que su consumo mundial supera ya al de la cocaína y heroína juntas. Los datos se dieron a conocer en la Argentina mientras el triple crimen de General Rodríguez hizo evidente la falta de controles sobre el tráfico de efedrina, insumo fundamental para las drogas anfetamínicas. En total, la producción anual de este tipo de sustancias en el mundo es de 500 toneladas y genera un negocio de 65.000 millones de dólares, de acuerdo a los datos aportados por la ONU. El estudio realizado por este organismo advierte que los países latinoamericanos, que tradicionalmente han centrado la lucha antidroga en el control de la cocaína, “no han percibido como una amenaza importante la producción, consumo y tráfico de estos estimulantes”.

Este tipo de drogas ya se prepara en Buenos Aires, y aunque muchos creen que se trata de una sustancia que aún no se consume en la Argentina, desde la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA) denuncian que se trata de un negocio que mueve por lo menos 5 millones de pesos mensuales en el país. “No todo se exporta, también hay consumidores de estas drogas químicas”, asegura su presidente, Claudio Izaguirre.

Izaguire agrega que hay una tendencia mundial a comercializar este tipo de drogas “más que la marihuana o la cocaína”, pero lo peocupante es que, así como ocurrió con el paco, “el éxtasis está siendo estirado, y de eso sacan estos derivados como el crystal, que va a traer consecuencias muy serias”.

Las drogas de diseño son preparadas y sintetizadas en laboratorios clandestinos, a pesar de que todas fueron diseñadas originalmente por científicos o compañías farmacéuticas con propósitos terapéuticos. Pero desde el LSD hasta el éxtasis fueron siendo descartadas y discontinuadas por sus “efectos adversos”, y llegaron más tarde a la clandestinidad.

En la provincia de Buenos Aires, el fenómeno de las metanfetaminas aún no fue estudiado, salvo en el caso de las fiestas “Rave”, donde se encontró “un consumo abierto de éxtasis”. El investigador del Conicet Hugo Míguez, colaborador de la subsecretaría de Atención a las Adicciones de la provincia de Buenos Aires, aseguró que en estos ámbitos se observa un 28,6% de jóvenes con consumo de drogas de diseño.

Ante esta problemática ya circula un proyecto de ley en la Provincia, cuya autora es la diputada provincial Cecilia Moreau (UCR), que busca obligar a los boliches a disponer de dispenser de agua frente al aumento en el consumo de éxtasis. El polémico proyecto, que acaba de tomar estado parlamentario en la Legislatura bonaerense, intentaría facilitarles el acceso gratuito al líquido a los jóvenes que sufran deshidratación luego de consumir drogas de diseño o sintéticas.

Sin embargo, Míguez asegura que las drogas más utilizadas en el ámbito provincial “siguen siendo el alcohol y el tabaco respecto a las legales, y la marihuana y cocaína, si hablamos de sustancias ilegales”. El experto aclaró que esto no quiere decir que no se consuma otro tipo de sustancias, “pero las drogas de diseño aparecen en poblaciones determinadas, de mayores recursos, que suelen importar hábitos de otras comunidades, pero no dejan de ser grupos puntuales”.

Según la última encuesta de la secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), el 0,5% de los argentinos -unas 81 mil personas de 12 a 65 años- probó éxtasis durante el año anterior a la muestra (2006). Entre los consumidores, el 0,4% es varón y el 0,5% es mujer. Entre ellos, un 24,6% toma éxtasis mensualmente y un 4,9% semanalmente. Evidentemente, las drogas de diseño ya están incluidas en los consumos de un gran sector de la sociedad argentina.

Las cifras de las drogas de diseño

Mundialmente, la población de entre 15 y 64 años que consumió éxtasis al menos una vez en 12 meses subió desde el 0,1% en 2001 hasta el 0,3% en 2006.

El número de personas que han consumido al menos una vez estimulantes anfetamínicos en los últimos doce meses ronda los 34 millones, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (Onudc).

En Argentina, según datos del INDEC para julio de este año, el 7,2% de la población reconoció haber probado marihuana, mientras que el 2% de los consultados dijo haber consumido cocaína por lo menos alguna vez.

Entre diciembre de 2007 a junio de este año, la Policía de la provincia de Buenos Aires secuestró en 8.283 operativos 1.153 kilos de cocaína, 2.301
de marihuana y 35.035 dosis de paco (223% más).
En cuanto a drogas de diseño, como éxtasis y LSD, se incautaron 2.345 y 1.303 respectivamente.

Qué es el crystal

El crystal meth, una meta anfetamina considerada droga de diseño y con alta demanda en USA y Europa, es también llamada la droga de los pobres, o la cocaína de los pobres. Al igual que el crack de cocaína o el paco en la Argentina, esta droga puede prepararse en cocinas caseras instaladas en cualquier casa.

La efedrina no es el único compuesto que usan los narcos parar preparar la sustancia: kerosene, ácido de batería, lejía, líquido anticongelante, diluyente, acetona, tolueno, jarabe para la gripe, litio, y hasta la “tierrita para gatos” hecha de arcilla absorbente, son los principales ingredientes, no de una bomba casera, sino de esta droga sintética altamente tóxica. Su preparación, incluso, puede devenir en explosiones debido al carácter inflamable de algunos de sus componentes. El resultado: grandes pedazos de cristal o “hielo”, que son partidos, molidos, o quemados de acuerdo a la forma de uso que se le dé.

Esta droga se puede consumir por vía intravenosa (inyecciones), de forma intranasal (inhalando), oral (como pastillas), pulmonar (fumándola), o analmente (booty bumping).

Los que la consumen buscan una estimulación nerviosa que les dure varias horas, creyendo que les brinda una sensación de bienestar, energizante, y un supuesto aumento en el rendimiento sexual.

Aunque a corto plazo mejora el estado de ánimo y los movimientos corporales, los especialistas advierten que el crystal también posee un efecto neurotóxico, dañando células cerebrales que contienen los neurotransmisores dopamina y serotonina, causando efectos como los presentados en la enfermedad de Parkinson.
Otros síntomas del consumo de la metanfetamina son irritabilidad, disfunción eréctil, insomnio, confusión, pérdida de apetito, hipertemina, temblores, ansiedad, paranoia, agresividad y convulsiones, que pueden causar hasta la muerte.

El dato

Gran Buenos Aires

Una encuesta realizada por TNS Gallup Argentina, en junio, sobre un total de mil entrevistas arrojó que el 38% de los consultados dijo conocer a alguien seriamente afectado, directa o indirectamente, por el consumo de drogas. Los entrevistados en el Gran Buenos Aires tuvieron más incidencia en ese resultado: dieron esa respuesta el 53% de los consultados, contra el 44% de los habitantes de Capital Federal y el 32% de entre quienes viven en el resto del país.