El Principado quiere que se aumente el precio de las bebidas destiladas para intentar frenar el consumo de alcohol entre la población más joven y poner coto así al fenómeno del «botellón». En cambio, la posibilidad de subir de 16 a 18 la edad mínima para consumir alcohol no es valorada en sí como una medida efectiva.

Responsables de la Consejería Salud como José Ramón Hevia, jefe de la Unidad de Coordinación del Plan sobre Drogas entienden que «antes de modificar la normativa habrá que hacer que se cumpla la actual, que no se está cumpliendo, ni aquí, ni en ningún lado». Para Hevia, el verdadero debate «no es el de si la ley debe de prohibir beber antes de los 16 a los 18 años, si no conseguir que los jóvenes no beban a los catorce».

Con este objetivo el Principado trabaja en la elaboración de un plan específico contra el alcoholismo. En él se baraja recomendar aumentar los impuestos de las bebidas destiladas. También se buscará aumentar la vigilancia en las zonas de copas y en los supermercados para evitar la venta de alcohol a menores. De ahí que se estén manteniendo reuniones con los ayuntamientos, administraciones competentes en este asunto.

La cuestión de la subida de los precios de destilados como la ginebra, el güisqui o el ron se presenta más difícil. Las competencias normativas sobre los impuestos del alcohol y el tabaco son de la Administración central, pero el Principado no vería con malos ojos el incremento de los gravámenes sobre las bebidas destiladas, lo que deja fuera a las fermentadas, como el vino, la sidra y la cerveza. De todas las medidas disuasorias puestas en práctica en otros países, «hasta ahora el aumento de precios ha sido de los más potentes a la hora de conseguir un descenso en el consumo. Con el tabaco ya ha ocurrido», explica José Ramón Hevia.

La defensa de un aumento de los precios de las bebidas es sólo una parte del conjunto de medidas que Salud quiere introducir en el plan contra el alcoholismo, casi todas centradas en la filosofía de la prevención. El objetivo de la Consejería pasa tratar de aumentar la edad a la que los jóvenes asturianos toman contacto con el alcohol. En la actualidad, los jóvenes comienzan a beber entre los 13 y los 14 años. Entre los 14 y los 15 años el consumo ya no se centra sólo durante los fines de semana, si no que se produce entre el lunes y el viernes. La prevención entre los adultos también se potenciará a través de campañas de informativas en zonas de copas y centros de trabajo.

Los datos:

Edades de inicio
Entre los 13 y los 14 años el consumo se centra en tabaco, alcohol e inhalantes (pegamentos y disolventes).

A los 15 años se constatan contactos con los tranquilizantes, el hachís y la marihuana. A partir de esta edad se abre las puerta al consumo de otro tipo de drogas (cocaína, éxtasis, heroína…)

En el último mes.
Casi el 70% de los jóvenes asturianos habría consumido alcohol, más del 18% fumado porros y más de un 3% experimentado con la cocaína