Es necesario aumentar de una vez por todas la edad mínima exigible para poder comprar alcohol en Asturias, ahora mantenida en los 16 años. Los expertos, psiquiatras, fiscales y psicólogos están de acuerdo, y esa unanimidad quedó de manifiesto ayer en la Junta General del Principado, durante la comisión de salud que estudió el borrador del Plan sobre Drogas del Principado 2010-2016, de próxima aprobación. 

Eduardo Carreño, en representación del Colegio Oficial de Médicos de Asturias, calificó de «esencial» «retardar lo más posible el primer contacto con el alcohol», y recordó que el 56 por ciento de los asturianos entre los 14 y los 17 años asegura haber consumido bebidas alcohólicas en el último mes. 

El fiscal antidroga de Asturias, José Perals Calleja, explicó por qué el Principado es la única comunidad que mantiene la edad de los 16 años para la compra de productos alcohólicos. «La ley data de 1990, cuando los 16 años era la edad penal. En 2000 esa edad se elevó a los 18, y desde el punto de vista jurídico sería congruente aumentar también la edad para comprar bebidas alcohólicas». 

El psiquiatra Julio Bobes, jefe de psiquiatría del área de Oviedo, fue tajante: «Sabemos los efectos neurobiológicos del alcohol. Hasta los 21 años el desarrollo cerebral no termina. Estamos podando las neuronas de nuestros jóvenes, tirando a la basura funciones cerebrales que son insustituibles. La neurona que muere no se recupera y, la verdad, no estamos tan sobrados de ellas…». Bobes relaciona consumo de sustancias, «no sólo alcohol», con el fracaso escolar. 

José Ramón Fernández Hermida, profesor de Psicología de la Unidad de Oviedo y miembro del grupo de investigación de Conductas Adictivas, apostó por aumentar la edad de acceso al alcohol «pero poniendo en funcionamiento métodos para que se cumplan las normas. Y no es fácil hacerlo». De hecho, no se hace, «porque hoy es posible observar en Asturias prevalencias de consumo entre adolescentes de 12 y 13 años». 

El aumento de la edad de acceso al alcohol tiene que pasar, mediante iniciativa legislativa, por la propia Junta General. Bobes alertó sobre el protagonismo de las bebidas alcohólicas en la horquilla de población entre 14 y 18 años, donde un 27 por ciento de los jóvenes son considerados consumidores de riesgo. 

La situación que pintó Fernández Hermida no permite grandes dosis de optimismo. Un tercio de los jóvenes asturianos hasta los 18 años confiesa beber todos los fines de semana, y nuestros adolescentes empiezan a beber alcohol casi un año antes que la media nacional. Hermida alertó sobre las cifras del Área VII (Mieres-Pola de Lena) «donde se registran las prevalencias más altas de Asturias en consumo de alcohol, cannabis, alucinógenos y cocaína». 

El Plan sobre Drogas gusta moderadamente a los expertos. Eduardo Carreño aludió a que «ya que esperamos por él ocho años, podemos esperar un poco más» en alusión a las próximas elecciones regionales y a la constitución, por tanto, de una nueva Junta General. 

La directora de la Fundación de Servicios Sociales de Gijón, Beatriz Cerezo, también apostó por mejorar las evaluaciones externas y calificó el plan de «coherente».