El contrabando de tabaco ha dejado de ser una preocupación prioritaria para la industria y para el Estado. Los agentes de Aduanas y de la Guardia Civil se incautaron el pasado año en Asturias de 690 cajetillas de cigarrillos ilegales, una cifra irrisoria si se compara con las 9.953 interceptadas en el 2001. Los datos ponen de manifiesto un notable cambio en el consumo de este tipo de producto, que hace siete años suponía en España el 18% del total y ahora se ha quedado en un escaso 1,03%.

«El descenso es notorio, sólo hace falta comprobar que ahora vendemos mucho más tabaco rubio que hace unos años», apunta Concepción Sánchez, presidenta de la Asociación de Estanqueros de Asturias. La principal causa de este cambio se debe, según su opinión, al mayor interés que las fuerzas de seguridad han concedido a la vigilancia de este tipo de actividades delictivas. «Ahora vemos que se trabaja a nuestro favor, se hacen alijos de forma continua y se apresa a la gente que realmente mueve los hilos del negocio», añade.

SITUACION DE ALIVIO

Los responsables del sector en el Principado contemplan con alivio la situación. «Hasta no hace mucho, los bares vendían con todo descaro tabaco de contrabando y nosotros nos quedábamos con cara de tontos», denuncia Concepción Sánchez. Ahora, los estancos comprueban cómo desde los establecimientos públicos se ha disparado la compra de cajetillas, especialmente de cigarrillos rubios. «Lo que ocurría antes era intolerable», denuncia.

En cualquier caso, Asturias no es la comunidad en la que el tabaco de contrabando representa una mayor incidencia, un lugar que indiscutiblemente ocupa la vecina Galicia. «Pero, a pesar de ello, las pérdidas para los estancos han sido cuantiosas en los últimos años», destaca la presidenta regional del sector.

El ejemplo asturiano no es más que la punta del iceberg de una grave recesión en el mercado de tabaco de contrabando a todos los niveles. De hecho, y según los datos de la propia industria, cerca de 7 millones de cajetillas fueron incautadas en el conjunto del territorio nacional a lo largo del último ejercicio, una cifra que contrasta con los casi 12 millones interceptados en el 2001.

INGRESOS DEL ESTADO

El incremento del control sobre el mercado negro ha supuesto también un importante cambio en los ingresos del Estado. En este sentido, el perjuicio que para Hacienda ha supuesto esta actividad alcanzó los 105 millones de euros en el pasado 2002, frente a los 513 millones de 1995. Según reiteran fuentes del propio ministerio, estos datos son el reflejo de que «el tabaco de contrabando ha descendido mucho y su incidencia es cada vez menor». Como consecuencia de esta nueva realidad, Reino Unido ha sustituido a España como principal perjudicado por el fraude. De hecho, el precio de una cajetilla en Londres es de 10 euros, cuando en origen apenas vale 50 céntimos.