El consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, y la delegada de Médicos del Mundo en Euskal Herria, Celina Pereda, firmaron ayer en Bilbo el acuerdo de colaboración para la apertura de la citada sala, que se ubicará en la calle Bailén y está dirigida a un colectivo de entre 400 y 600 drogodependientes que han fracasado en otros programas de desintoxicación y viven en la marginalidad.

La iniciativa, más allá de procurar un espacio de consumo de drogas de manera higiénica, tiene por objetivo lograr la inserción de dicho colectivo en las redes sociales asistenciales y de atención sanitaria, según explicaron.

Según explicó Madrazo, el perfil del potencial usuario del centro responde mayoritariamente a varón de más de 30 años, sin cualificación profesional, empleo y relaciones familiares, que consume droga hace más de diez años, duerme en la calle, ejerce la mendicidad o la prostitución y no recibe asistencia social y sanitaria. Además, en muchos casos padece enfermedades como el sida o la hepatitis.

Además, según el acuerdo, la sociedad en general se beneficia de este tipo de actuaciones al descender el consumo público de drogas y las situaciones de riesgo y de incidencia delictiva.

La denominada sala «de consumo higiénico» de Bilbo estará ubicada en un local de una superficie de 180 metros cuadrados, abrirá durante ocho horas diurnas ­será complemento del centro Hontza de atención nocturna a toxicómanos­ y estará atendida por ocho personas especialistas.