El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), Cnl. René Sanabria, informó hoy que muchos narcotraficantes que operan en Bolivia prefieren cultivar marihuana a fabricar cocaína, debido a la diferencia en el costo de producción que ambas drogas representa.

«Muchos narcotraficantes han volcado de rubro, es decir, los que se estaban dedicando al tráfico de cocaína ahora prefieren la marihuana a la cocaína, porque en esto invierten poco, puesto que no se necesita químicos ni materia prima, simplemente compran la semilla y le dan al campesino para que produzca la marihuana, estos lo siembran y en unos cuatro a cinco meses retornan a la cosecha», explicó el Cnl. Sanabria.

Asimismo, señaló que la demanda para el consumo de esta droga se incremento en países como Brasil, Argentina y Chile, siendo que en ésta última el costo del kilo de la marihuana asciende a mil dólares.

«Esto, de una u otra forma, motiva a que las personas inmersas en el narcotráfico se dediquen a esta actividad ilícita de lo que es la producción de marihuana», sostuvo el Cnl. Sanabria.

Identificó como principales zonas productoras de este estupefaciente a Chuquisaca, Tarija, parte de Potosí, Los Yungas y algunas poblaciones de de La Paz, Beni y el Chapare de Cochabamba.

La FELCN, en tan solo seis meses de la presente gestión, incautó 263 toneladas de marihuana, cifra que superó en más del 100 por ciento a la secuestrada en todo el año 2006.

En cuanto a la cocaína secuestrada, el Cnl. Sanabria dijo que las metas trazadas para este año se cumplen satisfactoriamente, puesto que el año 2006 se incautó 14 toneladas de este narcótico y en el primer semestre de esta gestión tan solo siete toneladas.

Comentó que los lugares que eran preferidos por los narcotraficantes para la producción de marihuana, como el Chapare y los Yungas, dejaron de ser exclusivos.

Ahora los narcotraficantes instalan sus fábricas en cualquier parte y citó como ejemplo a la zona del Izozog, provincia Cordillera, a unos 150 kilómetros al sur de la capital cruceña, donde antes no había esta actividad ilegal.