«No se puede criminalizar a los jóvenes como se está haciendo por los botellones y los altercados que se están produciendo o al principio de la pandemia por ser contagiadores», señala a DEIA, Estibaliz Linares, trabajadora social, profesora de la Universidad de Deusto. Una opinión del todo compartida por la profesora de la Complutense de Madrid y filósofa feminista Luisa Posada. «Estamos a vueltas con los botellones, pero son números mínimos del total de jóvenes. Solo escuchamos las conductas negativas, pero obviamente no son la mayoría», sentencia.

Sobre una posible percepción social de que las jóvenes se están incorporando a los comportamientos violentos que hasta hace poco eran casi exclusivos de los chicos sostienen que es una «idea falsa». «Las chicas también ocupan las calles y se las ve más; esto es positivo, pero no hay datos para afirmar que emulan comportamientos machistas» recalca Linares, que lleva más de una década impartiendo talleres y formación en institutos tanto públicos como privados. «He visto pocas actitudes machistas entre las jóvenes, también cada vez menos entre ellos. Algunos siempre hay, pero tenemos una juventud muy crítica en sus pensamientos y ellas tienen una actitud reivindicativa, resistente y de poner muchos límites», reconoce la trabajadora social.

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