El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Carlos Minc, defendió este martes en el Congreso la despenalización de la marihuana, señalando que la droga debía recibir el mismo trato que el cigarrillo y el alcohol para evitar alimentar el tráfico ilegal.

Minc compareció ante una comisión contra el crimen organizado de la Cámara de Diputados, donde fue citado para dar explicaciones por haber participado en una marcha a favor de la legalización de la marihuana.

El funcionario negó haber cometido un delito de apología del uso de drogas, y aseguró que su presencia en la manifestación no incitaba el consumo del cannabis.

«En ningún momento dije que hay que desobedecer la ley y consumir la droga. Lo que dije era que no estaba de acuerdo con la legislación vigente», afirmó.

Durante su presentación, Minc señaló que tratar al adicto como criminal es un error y aseguró a los legisladores que los efectos del alcohol sobre el organismo son más dañinos que los que produce la llamada maconha.

Una cuestión regional

El debate sobre la legalización de la droga no es exclusivo a Brasil, sino que también ha generado fuertes polémicas en algunos de los países vecinos.

En Uruguay, el tema se ha colado en la campaña electoral para los próximos comicios internos del 28 de junio. El principal enfrentamiento se da en el seno del partido oficialista, el Frente Amplio.

Por un lado están los sectores de jóvenes que claman una nueva ley de despenalización, que legalizaría la marihuana y sustancias similares.

En la vereda de enfrente está el candidato de la izquierda José Mujica -el favorito, según las encuestas- que ha causado gran revuelo con su propuesta de hacer más restrictiva la ley actual, que permite el consumo personal de la droga.

Mujica propone dar potestad a las autoridades para internar a drogadictos, aún contra su voluntad, algo que -según la prensa local- contaría con el apoyo de gran parte de la sociedad uruguaya, que está preocupada por el aumento del consumo de sustancias, como el llamado «paco» (pasta base).

Por su parte, el candidato de la oposición, el ex presidente Luis Alberto Lacalle -que lidera, según los sondeos, la intención de voto dentro del Partido Nacional- sorprendió recientemente con su apoyo a la legalización de las drogas blandas.

Algo con lo que no está de acuerdo su principal rival interno, Jorge Larrañaga, que considera que estas sustancias son «la puerta de ingreso a las drogas duras».

El debate en Argentina

Una serie de recientes fallos de la Justicia a favor de la tenencia de drogas como la marihuana y el éxtasis también ha puesto el tema de la despenalización en el centro del debate en Argentina.

En ese país se aguarda un fallo de la Corte Suprema de Justicia que -de acuerdo con los medios locales- podría permitir la tenencia de drogas para consumo personal.

A diferencia de lo que ocurre en otros países, esta legalización es apoyada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, apoya una ley de despenalización como parte de su campaña como diputado en los próximos comicios legislativos de fines de junio.

Sin embargo la propuesta es rechazada por su principal aliado, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli -también candidato a diputado-, y por los opositores Francisco de Narváez y Gabriela Michetti, de Unión Pro.

La ley argentina castiga la tenencia de drogas ilegales, pero no penaliza el consumo de las mismas.