En las instalaciones de Ifeca (Institución Ferial de Cádiz) en Jerez y coincidiendo con los tres últimos días de Juvelandia, se presentó ayer la campaña divulgativa de prevención del consumo de drogas de diseño bajo el título de «A toda pastilla y sin freno».

La presentación estuvo a cargo de Silvia Fernández y Jesús Palomo, de la asociación cultural Radio Eco, y José Manuel Trillo, del comité «Unidos contra la droga», quien incidió en que «se trata de una buena iniciativa por tratar un tema tan oculto como son las pastillas o las drogas de diseño».

Los organizadores quisieron destacar que los últimos datos disponibles sobre el consumo de estas drogas son realmente preocupantes, ya que «desde la asociación Renacer señalan que la edad de inicio al consumo de pastillas es de 12 años, cuatro o cinco años menos que en el resto de drogas».

Por estos motivos, la asociación pretende hacer hincapié en colegios, centros sociales, discotecas e instituciones relacionadas con los jóvenes, entre los que repartirán más de 3.000 pegatinas, 1.000 carteles, 1.000 trípticos y 100 vídeos, aunque están a la espera de que se consiga la financiación necesaria para realizar un mayor número de vídeos. Un material que se ha confeccionado con una subvención de 100.000 pesetas proporcionada por el área de Cultura del Ayuntamiento de Jerez.

«Los datos del Ministerio del Interior son realmente alarmantes, sobre todo en lo referido al consumo experimental de estas drogas entre jóvenes de 14 a 18 años», señalan desde la asociación. Un consumo experimental que asciende al 5,7 por ciento de los jóvenes en edad de secundaria, que contrasta con el 2,7 por ciento de los que las consumen habitualmente, y que en el primer semestre del pasado año se cobraron siete vidas.

Trillo quiso también destacar que «el consumo de las drogas de diseño se eleva de forma espectacular en los meses de más fiestas como navidades, y en los fines de semana». Una afirmación que viene avalada por la subida del 40 por ciento en el consumo de pastillas desde el mes de enero hasta diciembre del año 2002.

Con esta campaña didáctica y de sensibilización, sus organizadores pretenden incidir en la peligrosidad del consumo de unas sustancias que en la mayoría de los casos vienen adulteradas y «bajo sugerentes nombres que hacen que los jóvenes piquen y las prueben». Con respecto a Jerez, Jesús Palomo explica que no existen datos concretos de consumo, pero comenta que «es indignante ver cómo las discotecas de la ciudad suben el precio de las botellitas de agua hasta los tres euros e incluso estropean los grifos, haciendo un gran negocio debido a la sed que provocan estas drogas».