Fallan los sistemas de prevención o el acceso a las drogas resulta más fácil. De una manera u otra el número de usuarios que acuden a centros de drogodependencias no para de subir. Sólo en 2008 fueron 3.601 los gaditanos que recibieron tratamiento por problemas de adicciones, 500 más que en 2007. El resultado es aún más alarmante si se compara con años anteriores, puesto que se trata del mayor repunte desde 2002, según recoge el informe anual del Observatorio Andaluz sobre Drogas y Adicciones elaborado recientemente. Las cifras son preocupantes si se tiene en cuenta la cantidad de campañas de prevención que se llevan a cabo desde todos los ámbitos.

La provincia sigue siendo la segunda en consumo de sustancias ilegales. Durante el año pasado se trataron a 2.618 personas por dependencias a estupefacientes, lo que sigue muy por encima de los pacientes que acudieron con problemas de alcohol (820), tabaco (90) o juego patológico (73). No es de extrañar el número, dado que Cádiz es una de las principales vías de entrada de sustancias ilegales.

Edad de inicio

El cannabis continúa siendo la droga ilegal más consumida en Cádiz por la facilidad de acceso y por la llegada masiva procedente de Marruecos. Los jóvenes se inician con el hachís a los 14 años, que combinan cada fin de semana con alcohol y tabaco, según constata el estudio Jóvenes y Drogas elaborado por el Servicio de Drogodependencias de la Diputación. El abuso de la cocaína viene más tarde, a partir de los 18. Éste es el consumo que más preocupa dado el alto número de admisiones a tratamientos que genera. Sólo el año pasado casi el 22% de los pacientes presentaban una adicción a esta droga.

Con los datos en la mano, Luis Bononato, presidente de Proyecto Hombre, hace hincapié en que «el problema de las adicciones aumenta en lugar de ir a menos». Bononato es coordinador del centro de drogodependencias de Jerez que está concertado por la Diputación. Uno de los aspectos más preocupantes, según el responsable del colectivo, es que «está cambiando la percepción de las personas con problemas de drogas porque ya ha desaparecido el perfil del indigente adicto a la heroína que se veía en la calle». El aspecto ha cambiado y está derivando a «un consumidor de cocaína, más estructurado, insertado socialmente y que mantiene el trabajo y la familia».

El centro jerezano atendió el año pasado a 417 usuarios sin contar con las prisiones, donde la ayuda llegó a más de 300. Éste es uno más de la red ambulatoria gaditana que cuenta con una veintena de instalaciones por toda la provincia.

Perfil del consumidor

El perfil del usuario hay que encuadrarlo en dos horquillas: Una de 18 a 21 años, que comenzaron a consumir siendo adolescentes y sufren las consecuencias ya pasada la mayoría de edad. Suelen ser adictos al cannabis, la cocaína y el alcohol. La otra va desde los 35 a 45 años y acuden principalmente por problemas de alcohol. Por género, los hombres siguen siendo mayoritarios con el 83%, frente al 16,7% femenino.

Un dato a tener en cuenta es el aumento de menores en centros de rehabilitación. Así lo constata Luis Bononato, en cuyo centro se atendieron a 90 gaditanos en el programa de Proyecto Joven, que tiene de límite hasta 19 años.

La asistencia que se les ofrece a los pacientes varía en función de la adicción y el perfil. En el caso de los admitidos por heroína o rebujo, que es la mezcla de esta sustancia con cocaína, la mayor parte inician el tratamiento con metadona. Los que tienen problemas con la cocaína realizan terapias de deshabituación, donde se ofrece una atención personalizada para interrumpir el consumo y evitar recaídas. Esa misma fórmula se sigue para los que sufren adicciones al alcohol o al tabaco.

También hay un gran número de pacientes que demandan un control toxicológico, a los que se les hacen exámenes periódicos para verificar que no han probado las sustancias adictivas. En este caso suele hacerse por voluntad del usuario.