• Estas primeras demandas suponen el 47,9% en el caso de base de cocaína o crack

En 2003 se produjeron 1.796 demandas de tratamiento por consumo de cocaína en los Centros de la Red Asistencial de drogodependencias de Canarias, de las cuales 1.440 correspondieron a cocaína y 356 a base de cocaína o crack. Estas cifras representan el 32,4% del total de demandas por sustancias psicoactivas, correspondiendo el 26% a cocaína y el 6,4% a crack.

Se ha constatado un incremento de las demandas de tratamiento por esta sustancia, incremento que se inicia en 1995, llegando a aumentar en un 14,3% en el periodo 20001-2003. En números absolutos, las demandas de tratamiento por cocaína se han duplicado en los últimos cinco años, siendo más notable entre los que inician tratamiento por primera vez.

Atendiendo a la variable con o sin tratamiento previo, el 67,8% de los usuarios de cocaína y el 47,9% de los de crack manifestaron no haber realizado tratamiento previo. En conjunto se aprecia que el 63,8% manifestaron no haber realizado tratamiento previo, frente al 36,2% que sí lo habían hecho.

Respecto al perfil de los atendidos, el 88,7% de las demandas de tratamiento correspondieron a hombres, frente al 11,3% de mujeres. La edad media de las personas tratadas por cocaína se sitúa en 30,2 años y 32,53 para el crack, siendo la media global de ambas los 30,66 años.

La Edad media de inicio en el consumo se sitúa en 21,9 años para la cocaína y 24,65 años para el crack, estando la edad media global en 21,79 años.

Más consumo y más jóvenes

Los datos estatales de consumo indican que, en la actualidad, la cocaína es la segunda droga ilegal más consumida, después del cannabis, aumentando en los últimos años su consumo y los problemas asociados al mismo.

Dentro de los psicoestimulantes, la cocaína es la sustancia con mayor proporción de consumidores habituales entre los estudiantes españoles de 14 a 18 años, superando al éxtasis, a las anfetaminas y a los alucinógenos. En 1994, un 1,8% de estos jóvenes había consumido cocaína en los últimos 12 meses. En 2004, esa proporción ha aumentado al 6,8%.

La edad media de inicio al consumo para este colectivo se sitúa en los 15,7 años y más de la mitad de los consumidores declaran haber tenido problemas asociados a su consumo, como problemas para dormir, fatiga o cansancio y problemas económicos.

Silencio clínico y riesgos

Durante años se ha puesto en duda la capacidad de la cocaína para provocar graves daños entre sus usuarios. De hecho, esta droga ha gozado de una imagen social muy positiva, ligada al éxito y a la diversión. A pesar de ello, tras un período de silencio clínico, las consecuencias se van evidenciando con rapidez, como lo demuestra los incrementos de las demandas de tratamiento.

Una de las características de esta sustancia es que sus consecuencias y problemas físicos y psicológicos asociados no suelen manifestarse de inmediato, sino tras un periodo prolongado y continuado de consumo, aunque no se debe olvidar que también su uso esporádico puede ocasionar consecuencias adversas.

Desde el punto de vista psicológico, tras años de consumo de cocaína aparentemente sin consecuencias, su consumo crónico y abusivo puede provocar importantes trastornos psíquicos, similares a los provocados por las anfetaminas, tales como ideas paranoides y depresión. Además, la dependencia psíquica de la cocaína es una de las más intensas entre las provocadas por las drogas. De hecho, la supresión del consumo tras un período prolongado da lugar a un fenómeno de rebote, caracterizado por somnolencia, depresión, irritabilidad, etcétera.

Desde el punto de vista orgánico, tanto por su actividad cerebral como por la vía habitual de administración, el consumo crónico de cocaína puede causar pérdida de apetito, insomnio, perforación del tabique nasal, sinusitis e irritación de la mucosa nasal, riesgo de infartos o hemorragias cerebrales y cardiopatía isquémica.

Uso recreativo

Las motivaciones para consumir cocaína entre los más jóvenes se relacionan con la diversión y la experimentación de nuevas sensaciones. En la población adulta, además de estos factores, el establecimiento de determinados roles sociales, culturales y laborales conforman un marco que define el consumo de esta sustancia, tanto de forma esporádica como continuada.

Diversos estudios muestran una clara asociación positiva entre la implicación en la vida recreativa nocturna y el consumo de cocaína. Determinados entornos sociales, recreativos y culturales pueden estar facilitando y manteniendo el consumo de cocaína como un elemento sustancial, dentro de un estilo de vida orientado hacia la diversión, el policonsumo de drogas y otras conductas de riesgo.

Algunas investigaciones hacen un diagnostico social del consumo de cocaína relacionado con algunos de los valores más dominantes de nuestra sociedad: dominio de lo individual, éxito, consumo, subordinación de los medios a los fines, etcétera.

Taller sobre cocaína

Éstas y otras cuestiones relacionadas con el consumo de cocaína serán analizadas y debatidas en las I Jornadas sobre el uso recreativo de drogas: de los mitos a la información, que acogerán un taller específico que será impartido por especialistas en la materia.

Una de las ponentes del taller será la experta de la Unidad de Drogodependencias del Hospital San Pablo de Barcelona, Begoña Gonzalvo, quien abordará la dependencia de la cocaína y su tratamiento.

El taller también contará con el fiscal Antidrogas de Canarias, Javier García, quien hablará sobre los delitos relacionados con el tráfico de cocaína en Canarias.

El tercero de los ponentes será el trabajador social del Ayuntamiento de San Nicolás de Tolentino, Angelo Afonso, quien disertará sobre la evolución social del consumo de drogas en Canarias.

Las jornadas son gratuitas y se celebrarán del 2 al 4 de noviembre en el Centro de Iniciativas de La Caja de Canarias (CICCA) de Las Palmas de Gran Canaria. La inscripción puede realizarse en los teléfonos 928 452 306 y 928 452 323.